"Elemental", lo nuevo de Pixar que reivindica la diferencia para dilapidar los prejuicios a través del amor de Candela, el fuego, y Nilo, el agua.
Por Beatriz Martínez
Para Fotogramas
Podríamos inscribir ‘Elemental’ dentro de la vertiente más conceptual de Pixar. Es decir, películas que utilizan ideas para hablar de la soledad, de las emociones o de la muerte a través de personajes que simbolizan esas propias nociones. Todo empezó con ‘WALL-E’ (A. Stanton, 2008), la historia de un robot abandonado en un planeta repleto de basura que sufría una crisis existencial; y continuó con ‘Del revés (Inside Out)’ (P. Docter, 2015), más ambiciosa y experimental, para continuar con la abstracción que constituyó ‘Soul’ (P. Docter, K. Powers, 2020).
Ahora, el germen de la historia lo constituyen los elementos: el estado líquido, el gaseoso, la tierra y el fuego. Precisamente este último se revela como el más comprometido y peligroso, por lo que los personajes que lo encarnan se muestran como una especie de ‘outsiders’ dentro de una sociedad que parece haber alcanzado el equilibrio excluyéndolos. Así, Candela, la protagonista llameante del film, pertenece a una familia de inmigrantes que ha tenido que construir su vida con esfuerzo y sacrificio. Su pequeño universo se desmorona cuando conoce a Nilo, un joven de agua que podríamos considerar su opuesto, tranquilo y llorica, mientras que ella puede entrar en combustión y explotar en cualquier momento.
La atracción de lo opuesto.‘Elemental’ se construye alrededor de la reivindicación de la diferencia para dilapidar los prejuicios, los grandes logros visuales de ‘Elemental’, repleta de set pieces portentosos cargados de imaginación y poesía.
Y todo ello a través de dos personajes que simbolizan polos opuestos que no deberían mezclarse, cuando en realidad, lo verdaderamente interesante subyace en saber qué pasaría si se rompiera la barrera de los tabúes y convencionalismos. Peter Sohn, director de una de las últimas películas con sabor clásico del estudio que debería reivindicarse, ‘El viaje de Arlo’ se enfrentaba aquí a un enorme hándicap desde el punto de vista visual, que las facciones de los personajes se encuentren en perpetuo movimiento, algo que sin duda se convierte en uno de como ese viaje subacuático de Nilo y Candela metida en una burbuja de aire en el que late la aventura y sentido de la maravilla. Sin embargo, la narración no está a esa altura, como si la idea inicial, en realidad, no diera mucho más de sí y todo quedara, como dice el propio título de la película, en algo demasiado elemental.
Para fans del animación con emoción y sentimiento.