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Revista

La extraña isla en Alaska que alberga desde un tesoro pirata hasta trampas de la Segunda Guerra Mundial

Es una formación volcánica que está bañada de leyendas y también fue una de las bases militares más importantes de Estados Unidos.

30/07/2022

La Isla de Adak, en Alaska, Estados Unidos, es una formación volcánica que fue el hogar del pueblo Unangan y que cobijó desde el mito de un gran tesoro de monedas de oro enterrado por piratas, hasta una base de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial que dejó el terreno plagado de bombas ocultas.

Esta zona atrajo la atención de buscadores de tesoros a lo largo de los años y Netflix les dedicó una serie documental, El oro de la isla Adak.

El lugar se encuentra en una de las regiones más inhóspitas del planeta. Está a medio camino entre Seattle y Tokio, y fue desarrollado como base estratégica del ejército estadounidense tras el bombardeo japonés de Dutch Harbor, en 1942, y la ocupación de las islas Attu y Kiska.

El complejo se convirtió más tarde en una estación de vigilancia naval aérea y submarina de la Guerra Fría, para monitorear desde allí lo que sucedía en la Unión Soviética. Incluso, en su momento, Adak fue una de las mayores ciudades de Alaska.

Unos 6.000 militares y sus familias vivían allí en dúplex de colores con escuelas, restaurantes, un hospital, un centro de esquí, un cine y hasta un McDonald's.

Sin embargo, la isla fue abandonada y terminó prácticamente en ruinas. Y con gran parte de su territorio plagado de bombas y municiones escondidas a pocos metros de profundidad. A pesar de todo, el oro pirata siguió motivando a los expedicionarios del siglo XXI.

El tesoro de la isla Adak: ¿mito, realidad o fraude de Netflix?
La leyenda cuenta que en 1892, un pirata llamado Gregory Dwargstof escondió en la isla monedas de oro por un valor de 365 millones de dólares en 150 latas de comida y leche. Estaba huyendo y encontró este territorio aislado como el mejor lugar para esconder su tesoro. Pero murió antes de poder volver a buscarlo.

Dwargstof habría nacido en Rusia, se desconoce la fecha exacta. Según la serie de Netflix fue un capitán que enterró algo invaluable aunque siempre han circulado rumores sobre tesoros perdidos en Alaska. Sobre todo, oro.

Cuando en la isla, durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos comenzó a construir una base militar un grupo soldados, mientras cavaban trincheras, encontraron unas latas viejas llenas de monedas de oro.

Este es el punto de partida más cercano en el tiempo que sirve como incentivo de la docuserie El oro pirata de la isla Adak que sigue al equipo de expedición en la búsqueda del tesoro escondido.

Los buscadores actuales son Burke Mitchell, Jay Toomoth, Brian Weed y el alcalde de la isla, Thom Spitler. Ellos quieren hallar las monedas de oro para aliviar la escuálida economía de la isla. Y para conseguir la mejor paga de sus vidas.

El antecedente de un buscador de tesoros que murió en la isla Adak
En 2008 el veterano del ejército estadounidense, Samuel Dee Arrington regresó a la base militar para vivir allí, pero desapareció sin dejar rastros.

El boletín del Directorio Nacional de Personas Desaparecidas de Estados Unidos señala que fue visto por última vez  “en la comunidad de Adak” el 15 de julio de 2008, apenas cinco días después de llegar a la isla.

Arrington, según varios testimonios de locales, estuvo “en la ciudad comprando equipo y suministros para acampar y fue visto por última vez en el comienzo del sendero hacia el lago Betty”.

Cuando se activó la búsqueda, encontraron “un área de preparación para expediciones” en el lado norte del lago, con un campamento hacia el sur. “Ambos pertenecían a Arrington y parecían estar abandonados”, especifica el boletín de personas desaparecidas.

Hasta el verano de 2014 no hubo otra pista sobre el lugar en que Arrington podría encontrarse tampoco qué le había pasado.

En ese momento, dos empleados del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, que estudiaban el comportamiento de las aves del lugar, encontraron los restos del hombre en un barranco el 18 de junio de 2014.

“No teníamos los recursos para la recuperación del cuerpo”, explicó el actual alcalde de Adak, Thom Spitler, en la serie de Netflix. “Para su extracción, solo había tres muchachos. Yo y otros dos… que conocían esta parte de la isla, una de las duras”.

Spliter continuó: ” no sabíamos qué esperar, en realidad. El tipo había estado allí seis años, creíamos que sólo habría un esqueleto, pero debido a que llevaba botas de neoprene hasta el pecho, todavía había suficiente de su cuerpo preservado y eso lo volvía bastante pesado".

En ese momento, al no poder transportar el cadáver íntegro, los tres rescatistas tomaron una drástica decisión: "Lo cortamos en tres partes para poder llevarlo a lo alto de la quebrada… Fue algo muy difícil”.

El final de la Isla Adak en Alaska
Importantes terremotos ocurrieron en la isla en 1957, 1964 y 1977. Algo que volvió inestable la tranquilidad de los pobladores.

El ejército abandonó todo a finales de la década de 1990, oficialmente el 31 de marzo de 1997, dejando unos 3.000 millones de dólares en activos militares.

Las personas que permanecieron en la isla esperaron que su puerto de aguas profundas atrajera a los cruceros o que sus cuarteles se convirtieran en una prisión. Ninguna de las dos cosas sucedió.

Aunque el censo de 2010 registró una población de 326 habitantes, sólo quedan unos 80 residentes a tiempo completo, que viven entre las ruinas de una época más próspera.

En la actualidad es prácticamente una ciudad fantasma y en ruinas. Todavía los pocos habitantes del lugar planean búsquedas del tesoro pirata, aunque para ello deban desactivar las cientos de bombas que se esconden bajo tierra.