Conocé los beneficios de estos organismos vivos o bacterias ‘buenas’ que ayudan a mantener el buen estado de la flora intestinal.
Por Daniela Natale
Lic. en Nutrición y especializada en obesidad
Los probióticos son organismos vivos o bacterias ‘buenas’ que están presentes en aquellos alimentos o suplementos que ayudan a mantener el buen estado de la flora intestinal. Obstaculizan el crecimiento de bacterias potencialmente patológicas y favorecen las bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal, previniendo problemas gastrointestinales. Y, al mismo tiempo, mejoran la digestión, evitando irritabilidad, gases e inflamación.
La flora intestinal es como un órgano más de nuestro cuerpo y regula nuestro sistema inmunitario. Los desequilibrios de la microbiota aumentan el riesgo de enfermedades inmunitarias como alergias y enfermedades intestinales inflamatorias.
Todos los alimentos y bebidas probióticas tienen algo en común: que han pasado por un proceso de fermentación. Los alimentos que hoy más conocemos y que estamos más acostumbrados a consumir son los yogures, queso, kefir de agua o leche, miso, chucrut y kombucha.
Los beneficios que tiene consumir estos alimentos son los siguientes:
Refuerzan el sistema inmunitario.
Desplazan a los microorganismos nocivos para la salud y evitan su proliferación.
Ayudan a la digestión.
Colaboran en la formación de nutrientes esenciales como las vitaminas, los enzimas y ácidos grasos.
Estimulan la formación de ácido láctico, disminuyendo el pH del tubo digestivo.
Favorecen la absorción del calcio, hierro y magnesio.
Reducen la diarrea por antibióticos, que alteran el equilibrio de la flora intestinal.
Aminoran la diarrea del viajero, provocada por comer alimentos contaminados.
Permite reducir la dermatitis atópica en lactantes alérgicos.
Como podemos observar, los probióticos aportan una amplia gama de beneficios al organismo, entre los cuales se destacan: el fortalecimiento del sistema inmune, el equilibrio de la flora intestinal, estímulo a la producción de vitaminas y apoyo a la digestión, así como su aporte en cuadros diarreicos, de intolerancia a la lactosa y alergias, entre otros. Por ello es muy importante incorporarlos en nuestra dieta a diaria.