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Opinión y Actualidad

La Fed recorta tasas, pero Wall Street mira más allá de Jerome Powell

La baja de tasas ya estaba en los precios, pero la atención se desplazó hacia las expectativas futuras, la conducción del organismo y el sesgo que podría tomar la política monetaria a partir de 2026.

Hoy 05:15

Por Lautaro Casasco Herrera (*), en diario Ámbito
La Reserva Federal (Fed) bajó la tasa en 25 puntos básicos y llevó el rango a 3,50%-3,75%, un movimiento que ya estaba descontado por el mercado. Sin embargo, eso fue solo una parte de la noticia. Lo importante apareció en el trasfondo: lo que los inversores ponen hoy en tela de juicio no es la tasa actual, sino quién va a manejar la política monetaria a partir de 2026.

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Esto se debe a que el mandato de Jerome Powell se está terminando, por lo que las proyecciones futuras ya comienzan a depender más del próximo funcionario que del actual. Esa inquietud quedó expuesta en la brecha entre lo que proyecta la propia Fed y lo que descuentan los futuros. El FOMC ve tan solo una baja el próximo año (25 pbs), mientras que el mercado asigna dos recortes (50 pbs) e incluso otorga un 30% de probabilidades a un tercero.

La sucesión de Powell entra en el radar del mercado
Si bien es cierto que el proceso de decisión de tasa se define en un comité de 12 miembros, está claro que la diferencia pasa por quién puede manejar los hilos de la Fed cuando se lleven a cabo esas reuniones. El mandato de Powell termina en mayo de 2026 y los nombres que empiezan a circular ya se transformaron en una variable central para los activos estadounidenses.

Entre los candidatos más mencionados aparece Kevin Hassett, que no solo forma parte del nuevo mandato de Donald Trump, sino que fue una figura clave en la etapa anterior y mantiene un sesgo más flexible en política monetaria. Su eventual llegada podría marcar un giro relevante: una Fed más inclinada a priorizar el crecimiento de corto plazo, aun con una inflación que todavía supera el objetivo del 2%.

Este punto es clave, ya que el mandato dual de la Fed (inflación y empleo) hoy luce desbalanceado, con un CPI cercano al 3% interanual. Para el mercado, esto implicaría un régimen distinto, no por una postura radical, sino por una mayor alineación con la Casa Blanca.

Por qué la curva descuenta un ciclo más agresivo
Ese cambio potencial explica por qué la curva se mueve en la misma dirección que el dot plot, pero a mayor velocidad. Los inversores descuentan que la próxima conducción tendrá menos paciencia ante señales de enfriamiento económico y una mayor disposición a usar la tasa como herramienta activa.

En este marco, el mercado empieza a pricear una Fed algo más dependiente, lo que impulsa a los activos de mayor duration y le da aire al crédito corporativo, beneficiado por un menor costo de fondeo. Al mismo tiempo, se abren riesgos: una política demasiado complaciente podría reavivar presiones inflacionarias y forzar un ajuste más abrupto hacia 2027.

Por eso, muchas decisiones de mercado hoy son más sensibles a las proyecciones que a los movimientos efectivos de corto plazo.

Un FOMC más fragmentado y menos previsible
A esta incertidumbre se suma la estela que dejó el shutdown, que interrumpió durante semanas la publicación de datos clave y obligó a la Fed a decidir con un nivel de visibilidad inusualmente bajo. Esa falta de información potenció las diferencias internas del Comité.

La última votación fue una señal clara: tres integrantes disidentes, dos que querían mantener la tasa sin cambios y uno que proponía un recorte mayor. Este tipo de división no es frecuente y revela un FOMC menos homogéneo, con una lectura menos compartida de la economía. Para un mercado que busca señales de estabilidad, ese dato no pasa desapercibido.

El equilibrio actual refleja esa tensión: el mercado celebra la chance de un ciclo de recortes más agresivo, pero mantiene la cautela frente a una hoja de ruta oficial más limitada. Esa dualidad explica la reacción exagerada de los bonos largos y del dólar, con un DXY que se depreció cerca de 1% tras el recorte.

En este contexto, el dato puntual de inflación perdió centralidad. En cambio, ganó peso el liderazgo futuro de la Fed, no solo por su impacto en la independencia del organismo, sino por el sesgo que imprimirá a la política monetaria en los próximos años.

(*) Analista de Research de PPI.