El ministro de Economía no acompañará al Presidente para poder encabezar el tramo final de las conversaciones con los técnicos del Fondo Monetario que llegarán al país.
El ministro de Economía, Luis Caputo, decidió a último momento no viajar desde Washington hacia Suiza para acompañar al Presidente Javier Milei en el Foro de Davos. Emprenderá el regreso a Buenos Aires para ponerse a cargo del tramo final de la negociación del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los integrantes del staff del organismo también adelantaron su viaje y llegarán a Buenos Aires en las próximas horas.
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El giro de Caputo exhibe además cómo se acortaron los tiempos para cerrar un nuevo programa entre la Argentina y el Fondo tras la reunión de Milei con la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, en Washington, el domingo pasado. La máxima autoridad del FMI dejó en esa ocasión elogios para el plan económico de la Argentina y anunció que una misión técnica llegaría a Buenos Aires la semana próxima. Ese viaje también se aceleró y se espera su arribo a la Argentina en forma inminente.
El encuentro se produjo antes de la asunción de Donald Trump a la presidencia de los EEUU. La cita de Milei y Georgieva duró 75 minutos e implicó un avance en las conversaciones con el organismo multilateral de crédito.
“Fue una excelente reunión en el marco de un tremendo progreso que ha hecho la Argentina, con la inflación en baja, la estabilización de su economía, que ha comenzado a crecer”, dijo Georgieva tras el encuentro. Y completó: “Vamos a trabajar en un nuevo programa, y creo que el resultado será una Argentina más dinámica y próspera”. Tras ello recordó que, tal como marcan las normas del organismo, la última palabra de la negociación la tiene el board. Allí, se espera, pesará a favor de la posición argentina el vínculo personal y político forjado entre Milei y Trump.
La expectativa argentina estará centrada en la llegada de un desembolso extra que oscila entre 11.000 y 20.000 millones de dólares. Con ese refuerzo sobre las reservas del Banco Central, se podría levantar el cepo en un tiempo prudencial. Eliminar las restricciones cambiarias es, al mismo tiempo, una de las exigencias de Georgieva. El Fondo pide aplicar una política cambiaria que mejore la acumulación de reservas. Ese manual ortodoxo del FMI es bien conocido por Milei y Caputo, quienes no creen que sea una verdad revelada.
A principios de enero, el board del FMI aprobó la evaluación Ex Post del programa extraordinario -primero Stand-By y después de Facilidades Extendidas- que concedió a la Argentina por 43.000 millones de dólares. La evaluación es elogiosa con el programa de ajuste de Milei, pero también exhibió sus advertencias.
El Fondo pidió una estrategia para la salida del cepo, una mayor flexibilidad en el esquema cambiario con el objetivo de acumular reservas en el Banco Central y un refuerzo en las partidas de ayuda social.
“Para allanar el camino hacia la recuperación del acceso a los mercados, será necesario adoptar una estrategia creíble para desmantelar los controles cambiarios, una mayor flexibilidad cambiaria y un papel más significativo de la política monetaria”, se lee en el informe Ex Post que aprobó el directorio del FMI.
Y añadió: “La presencia de amplios controles cambiarios (que será necesario desmantelar para aliviar las distorsiones y recuperar el acceso a los mercados de capital), y la apreciación del tipo de cambio real como resultado de la preservación de un tipo de cambio de paridad lenta, podrían dificultar la acumulación continua de reservas cambiarias”.