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Lo factores que explican el por qué las generaciones más jóvenes eligen no tener tantos encuentros sexuales

A este fenómeno se lo conoce como “recesión sexual”, término acuñado en 2018 por la editora de The Atlantic, Kate Julian.

Hoy 09:16

Un mito ampliamente difundido en la sociedad sostiene que las personas son más activas sexualmente durante su juventud. Los argumentos que lo respaldan parecen lógicos: los altos niveles hormonales por la edad y la liberación sexual que se produjo en las últimas décadas. Sin embargo, diversos estudios concluyeron en que el promedio de encuentros sexuales anuales cayó a lo largo de los años y marcaron algo inesperado: tanto los young millennials como la Generación Z practican menos sexo que sus padres en la misma etapa de la vida.

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A este fenómeno se lo conoce como “recesión sexual”, término acuñado en 2018 por la editora de The Atlantic, Kate Julian. “Significa la disminución global en la actividad sexual, especialmente en personas jóvenes, lo que justamente contrasta con este imaginario popular de que tienen una sexualidad mucho más activa debido a la simple accesibilidad”, explicó la sexóloga Noelia Benedetto.

Si bien hay muchos relevamientos sobre la frecuencia sexual, la más destacada es la Encuesta Nacional de Actitud Sexuales y Estilos de Vida que se realiza cada 10 años en Reino Unido, cuyas siglas en inglés son NATSAL.

El primero que se realizó fue en 1991, donde las personas encuestadas respondieron que mantenían relaciones sexuales en promedio cinco veces al mes, es decir, 60 veces al año. El siguiente registro fue en 2001, en el que la cifra se redujo a cuatro veces por año, que serían 48 veces. En 2012 se hizo nuevamente y el número volvió a caer: el promedio fue de tres veces al mes -36 al año-, lo que representó un 40% menos encuentros.

El cuarto informe tendría que haber salido entre 2021 y 2022, pero por la pandemia se retrasó y se publicará este año. De todas formas, las proyecciones de otros estudios estiman que la media estaría actualmente en nueve encuentros sexuales menos al año que lo que venían teniendo, es decir, una cifra cercana 27 encuentros anuales.

Aunque cada persona es un mundo y vive su sexualidad como quiere, hay ciertos factores que se vienen dando en las últimas tres décadas que explican por qué las generaciones más jóvenes eligen no tener tantos encuentros sexuales.
  • Aumento de estresores: actualmente las rutinas están caracterizadas por contar con mucha presión en lo laboral, en el rendimiento académico, en los factores económicos. “Esto ha generado que muchas personas prioricen otras áreas de su vida por sobre la sexualidad, porque tienen otras urgencias que atender”, sostuvo Benedetto.
  • Reemplazo del contacto físico por lo virtual: al vivir en un mundo hiperconectado, las relaciones digitales ocupan un porcentaje más alto que los encuentros y los puede retrasar. “Las redes sociales, los videojuegos en línea y el acceso ilimitado a la pornografía ofrecen gratificaciones inmediatas que desplazan el interés de la intimidad física. El contacto sexual, que implica vulnerabilidad y conexión emocional, muchas veces es reemplazado por interacciones virtuales a pura descarga, más controladas y menos comprometidas”, señaló la psicóloga especializada en adolescentes, Laura Morrison.
  • Sexo poco realista e idealizado: otro punto interesante que marcaron las especialistas tiene que ver con la exigencia a la hora de tener relaciones, ya que en redes y en la pornografía se promueve un sexo idealizado, poco realista, con muchísima exigencia en los estándares que se creen que hay que cumplir. En ese sentido, la sexóloga planteó: “Si esto lo combinamos con una falta de educación sexual crítica orientada al placer, obviamente que esto puede afectar también las expectativas en cuanto al rendimiento en los encuentros sexuales. Así, muchas personas quizás consideran que no lo hacen bien o no saben hacerlo o no logran satisfacer las necesidades del otro, por lo cual evitan estos encuentros”.
  • Mayor conciencia sobre el consentimiento: de acuerdo a lo que indicó Benedetto, el promedio anual también se redujo porque en el último tiempo las personas “empezaron a decir que no cuando realmente no se desea y que sí cuando está el consentimiento entusiasta”.