Rocky, fue auxiliado rápidamente por su colegas. Atrapó a un delincuente que había asesinado a un policía. Aún está internado en situación estable.
El pasado 15 de enero el oficial de policía Jesús Jesse Vargas fue asesinado a tiros, cuando cumplía con un trámite judicial, hecho ocurrido en la ciudad de Houston en Texas - Estados Unidos.
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A partir de ese momento se montó un operativo para encontrar a Robert Davis II, quien se había dado a la fuga del lugar del hecho.
Horas después del crimen, Davis II fue visto en una zona urbana y se procedió a rodearlo.
Durante este operativo se decidió enviar al oficial K9 Rocky, quien señaló que Davis II estaba oculto en un contenedor de basura, momento en el cual el sospechoso disparó contra el agente canino impactando dos veces contra él.
Los uniformados que realizaban el procedimiento dispararon contra el sospechoso y lo abatieron en el lugar.
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De inmediato se solicitó el traslado de Rocky en helicóptero hacia el Hospital Animal Westbury, donde ingresó y fue asistido de sus heridas, quedando desde entonces internado y en evolución, condisreando que podría recibir el alta en las próximas 48 horas.
En conferencia de prensa, los oficiales destacaron la importancia de los perros K9 en sus labores: “Son compañeros de trabajo increíbles, un beneficio enorme para la comunidad. Rocky casi sacrifica su vida por protegernos”.
El sospechoso, Davis, estaba siendo buscado por una orden de arresto por agresión agravada con un arma mortal en el Condado de Brazoria. Durante su huida, disparó y mató al oficial Vargas, desencadenando una intensa búsqueda de cuatro horas que culminó con su localización gracias a Rocky.
Aunque las heridas de Rocky fueron graves, su valentía y rápida atención médica han permitido su recuperación. “Casi perdemos dos héroes ese día”, expresó un oficial.