La popularidad en la actualidad. Lo exitoso y los que persiguen el éxito. La puesta en escena en las redes sociales. La realidad en las redes y la realidad cotidiana.
Por Pablo Argañarás, Lic. en Cine y Televisión
El cine a través de los años se fue consolidando en su obsesión por congelar los momentos. Capturar momentos para revivirlos una y otra vez. Empecinado en recrear algo que ya fue y no volverá jamás. La permanencia en el tiempo y los recuerdos convertidos en imágenes. Esta ambición en principio la tuvo la pintura, luego la fotografía, mas adelante el cine, la televisión y los nuevos medios audiovisuales. En la actualidad lo poseen las redes sociales.
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Las fotografías de antaño, aquellas que solíamos guardar en álbumes, pasaron a estar en aplicaciones que observamos en una pantalla. El celular pasó a ser el catálogo infinito de todos los recuerdos. Y posteamos partes de nuestra existencia en él. Mostramos al mundo a través de esa ventana nuestra cotidianeidad. En esas publicaciones compartidas vamos armando a modo de registro un álbum, un diario de viaje de nuestro paso por la vida. Mucha gente piensa en la honestidad de lo publicado. Yo en realidad lo veo como una construcción de gente que hace parecer su vida usual como algo maravilloso. Se exponen para que los demás vean lo que a priori se cree digno y valioso de ser mostrado. Así la obra atrapa al autor y lo hace su esclavo. De esta manera, al decodificar lo que la gente sube a redes nos da la pauta de quién es esa persona, o más bien, del personaje que ella misma se crea para dar a conocer a los otros. Al final es una puesta en escena más del montón.
Se les va la vida en mostrarse interesantes. La actuación que muchas veces se confunde con la realidad. En el cine los directores solemos decir a esto cuando el personaje se devora a un actor. Cuando le es imposible salirse de él. Queda atrapado en el personaje para siempre, repitiéndolo una y otra vez. En la vida actual sucede esto con las personas y las redes sociales. Construyen una vida paralela para las publicaciones. Lo más triste es que al no ser directores y no haber estudiado puesta en escena se les nota la hilacha. Se deja a entrever las pautas de la construcción del personaje que desean crear. Es patético cuando el personaje que la gente se crea para las redes termina deglutiendo y diluyendo a la persona en cuestión. Se convierten así en su caricatura que armaron para las redes pero en su vida real. Y viven la vida como un grotesco avatar.
Al especializarnos en la imagen, la actuación, la puesta en escena, la comunicación y la escritura, decodificamos las intenciones de las personas mucho más rápido y entrevemos los hilos del títere que ponen en escena en sus redes. Me pasó muchas veces de conocer gente tan poco original que roza lo ridículo. Hablando con un vocabulario forzado, usando vestimenta a la moda, tatuados de manera clonada y sobreactuando aquello que desean ser pero que no son. Se abrazan a la moda, al cliché, y terminan siendo tan poco originales como una hamburguesa de Mc Donald´s. Todos terminan siendo un producto con un código de barras o QR en la frente.
Estamos viviendo la época en la cual la persona crea su imagen y pone en escena su vida. La actuación ya no se observa tanto en las películas sino más en la vida cotidiana. En lo que la gente sube a redes. Todos guionan lo que van a postear. Arman la escena para la foto. Posan y buscan su perfil mejor. Hacen marketing de su vidita mediocre. Para un público más paupérrimo aún. Estamos ante la decadencia de la estética. En donde vale lo que un infradotado con miles de seguidores pueda llegar a hacer o decir. Lo que vale es la cantidad de likes no la calidad de quienes lo dan u otorgan. Marcan tendencia hordas de imberbes que como zombies viven a través de una pantallita.
Encontrar alguien original en este universo montado es una aguja en un pajar. Vivimos la vida como el tan mentado y actual Metaverso. Todos andan con una máscara puesta como en un gigantesco carnaval perpetuo. Todos se venden a todos y todos compran lo que los demás venden. Se intercambian los me gusta, los corazoncitos. Esta es la moneda más preciada en la actualidad. Así que si quieren ser expertos en redes sociales y quieren optimizar sus avatares, acrecentar seguidores y likes, estudien puesta en escena. La clave está allí. Sino gente se les nota la hilacha.