Como cada diciembre, la Real Academia Española (RAE) actualiza su diccionario, añadiendo palabras que reflejan los cambios en el idioma y en la sociedad.
Este año, entre las más de 93.000 entradas ya existentes, se incorporaron términos relacionados con tecnología, música, cocina y deportes. Algunas resultan útiles, otras innecesarias; unas son bellas, otras más bien discordantes.
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Uno de los términos destacados es “espóiler”, que ahora cuenta con dos definiciones: el alerón de un vehículo y la revelación de detalles importantes de una obra de ficción que arruina la experiencia de quien aún no la ha disfrutado.
Las expresiones compuestas también tienen su lugar en esta actualización. Nuevas incorporaciones como “zona de confort”, definida como el estado mental en el que predomina la seguridad y comodidad de lo conocido, o “voto castigo”, que refiere a una elección realizada para perjudicar a otra opción, muestran la sutileza de los académicos en captar los matices del lenguaje cotidiano.
La tecnología no se queda atrás con términos como “teletrabajar”, definido como trabajar a distancia utilizando redes de telecomunicación. Este verbo intransitivo amplía el significado de “teletrabajo”, adaptándose a una realidad laboral que ganó protagonismo en los últimos años.
Sabores que se incorporan al idioma
El ámbito gastronómico trae palabras que despiertan el apetito. “Barista” describe a quien se especializa en preparar y presentar café, mientras que “tabulé” y “wasabi” hacen su entrada como platos internacionales: el primero es una ensalada originaria de Medio Oriente, y el segundo, una pasta picante japonesa elaborada con la raíz de una planta del mismo nombre. También figuran términos como “umami”, que describe un sabor intenso y sabroso, y “varietal”, empleado para vinos o aceites elaborados con una sola variedad de uva o aceituna.
Nuevas notas en la música
La música amplía su repertorio lingüístico con palabras como “blusero”, relacionada con el blues, y “rapear”, que puede emplearse tanto como verbo transitivo como intransitivo para referirse a interpretar a ritmo de rap. También se incorpora “groupie”, para definir al fan incondicional que sigue a sus artistas favoritos en giras y actuaciones.
Deportes y movimientos
Entre los términos deportivos, se añaden “bicicross”, una modalidad de ciclismo en terrenos accidentados; “capoeira”, un arte marcial brasileño que combina danza y combate; y “curling”, el deporte de invierno practicado en pistas de hielo. También se admite “full-contact”, una práctica que mezcla artes marciales y en la que se permite golpear con puños y pies.
Algunas incorporaciones polémicas
No todas las palabras nuevas gozan de aceptación unánime. Términos como “dramaturgista”, que define a quien asiste al director en el análisis de una obra teatral, o “musealizar”, que alude a transformar un lugar en un museo, han generado debate por su sonoridad o redundancia. Otros, como “atencional” o “desendeudamiento”, también despiertan críticas por su construcción poco elegante.
Un lenguaje en constante cambio
Además de estas palabras, el diccionario suma otros términos relacionados con ciencia, tecnología y fenómenos climáticos, como “granularidad”, “dana”, “macroencuesta”, “sérum” y “micelar”. Para quienes disfrutan del idioma, la actualización es una oportunidad de descubrir nuevas maneras de expresar las realidades de un mundo en permanente transformación.