Pilar López de Ayala protagoniza 'En la alcoba del sultán', film que encapsula el espíritu aventurero y romántico del cine de los inicios en un espacio único.
Por Eulàlia Iglesias
Para Fotogramas
En su cuarto largometraje, Javier Rebollo revive la historia poco conocida de Gabriel Veyre, operador de los hermanos Lumière que difundió el evangelio del cine por buena parte del globo, y se instaló en Marruecos para enseñarle los misterios del dispositivo al sultán de Nour. En su invocación de Veyre, el director no recurre al pastiche de las formas primitivas sino que encapsula el espíritu aventurero y romántico del cine de los inicios en un espacio único, el palacio de adobe del gobernante, en un film que late a través de los colores vivos, iluminados por el gran Santiago Racaj, e hibrida de relato ficcionado sobre el protagonista (un entusiasta y convincente Félix Moati) con imágenes de archivo de la época.
Como tantos habitantes del cine de Rebollo, Veyre es un personaje que huye de su espacio seguro para seguir sintiéndose vivo y experimentar con las posibilidades del cinematógrafo. También es el caso del propio director, que intenta recobrar en el espíritu de estos pioneros la capacidad para maravillarse ante la magia del cine y de la vida. Y lo logra sobre todo cuando no se desvía del relato más histórico.
Para retrotraerse a la gran aventura de los inicios del cinematógrafo.
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