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Opinión y Actualidad

Los horrores de la guerra no doblegarán al pueblo ucraniano

El 19 de noviembre se cumplen 1.000 días del comienzo de la guerra más sangrienta en Europa desde la Segunda Guerra Mundial: la invasión a gran escala de Rusia contra Ucrania.

14/11/2024

Por Yurii Klimenko
Embajador de Ucrania en la Argentina
Para Clarín

El 19 de noviembre se cumplen 1.000 días del comienzo de la guerra más sangrienta en Europa desde la Segunda Guerra Mundial: la invasión a gran escala de Rusia contra Ucrania. Esta agresión no es solo un brutal ataque a Ucrania; es un asalto a los principios de soberanía, integridad territorial, orden basado en normas, derecho internacional y la Carta de la ONU. En definitiva, es una agresión contra toda la comunidad internacional.

Hay que tener en cuenta que en este preciso momento, en el centro de Europa, el pueblo ucraniano sigue sufriendo los horrores de la agresión rusa no provocada, injusta, mortífera y brutal; cada día siguen falleciendo personas inocentes.

Los organismos ucranianos iniciaron investigaciones sobre 147.324 crímenes de guerra y de agresión. Ellos comprenden 13.498 asesinatos (incluidos los de 589 niños), así como 25.613 ataques contra civiles, que resultaron heridos (entre ellos,1.670 niños).

¡Imagínense, desde el comienzo de la invasión a gran escala, Rusia ha lanzado más de 9.627 misiles, así como más de 6.987 drones de ataque, contra Ucrania! En su mayoría, los medios de ataque aéreos del enemigo se dirigieron contra infraestructuras militares y críticas de Ucrania, pero aproximadamente tres cuartos de ellos alcanzaron objetivos civiles, provocando la destrucción de edificios privados y comerciales, hoteles, escuelas, iglesias, hospitales, una maternidad y numerosas instalaciones de infraestructura.

Estas estadísticas confirman la naturaleza terrorista de la guerra del dictador Putin: las tropas rusas aplican tácticas para destruir o expulsar a la población civil de sus tierras.

En el undécimo año desde el inicio de la agresión, y en el tercero de la invasión a gran escala, Rusia continúa acumulando tropas y demuestra su compromiso con la guerra de desgaste, esperando ganar con el uso de sus todavía considerables recursos, la fatiga de la guerra y el chantaje nuclear.

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El dirigente ruso Putin y sus cómplices han expresado repetidamente amenazas nucleares contra Ucrania y los países occidentales. Es inaceptable que en el mundo contemporáneo un país miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU recurra a una retórica irresponsable y peligrosa sobre las armas de destrucción masiva y plantee amenazas inadmisibles a las instalaciones nucleares de Ucrania al continuar la ocupación ilegal de la central nuclear de Zaporiyia y considerar ataques contra elementos del sistema de energía nuclear de nuestro país. Tales acciones de Rusia suponen una amenaza no sólo para la seguridad regional, sino también para la mundial, y requieren una respuesta consolidada de la comunidad internacional.

En esta situación, no sólo está en peligro la seguridad radiológica, sino también la seguridad química. Las tropas rusas violan brutalmente la Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento de armas químicas y sobre su destrucción (CAQ) al utilizar sustancias químicas peligrosas (gas, granadas de gas y dispositivos explosivos improvisados equipados con sustancias irritantes) contra las Fuerzas de Defensa de Ucrania y realizan bombardeos de artillería con sustancias químicamente peligrosas, en violación de las reglas de la guerra. En total, entre febrero de 2023 y octubre de 2024, las Fuerzas de Defensa de Ucrania registraron más de 4.600 casos de uso de municiones que contenían sustancias químicas peligrosas. En octubre, los ocupantes rusos lanzaron 323 municiones con sustancias químicas.

Ucrania registra y documenta diariamente los hechos de graves violaciones por parte de la Federación de Rusia del derecho internacional, las leyes y costumbres de la guerra y, en particular, de las disposiciones de la CAQ, e informa sobre aquellos hechos a la Secretaría Técnica de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y a sus Estados Miembros.

Con estos antecedentes las intenciones de Rusia de ser elegida miembro del Consejo Ejecutivo de la CAQ para el período 2025-2027 son particularmente cínicas y desfachatadas. ¡Son las intenciones del país que utiliza sistemáticamente armas químicas en los territorios de los Estados soberanos! La OPAQ confirmó que se utilizó un agente nervioso del grupo “Novichok” para envenenar a Alexei Navalny en Rusia, en agosto de 2020. Espías rusos utilizaron un agente nervioso del mismo grupo contra Julia y Sergei Skripal en el Reino Unido en 2018. El uso de un agente nervioso “Novichok” en este caso también fue confirmado de forma independiente por la OPAQ. Asimismo, queda por aclarar la asistencia militar de la Federación de Rusia a la República Árabe Siria, incluso en lugares donde el ejército sirio había utilizado armas químicas, como en Douma.

El país agresor, violando el derecho internacional en innumerables ocasiones, no tiene ningún derecho moral a formar parte de los órganos rectores de las organizaciones internacionales correspondientes, ni a influir en su trabajo imparcial y objetivo.

Las elecciones al Consejo Ejecutivo de la OPAQ tendrán lugar en la última semana del noviembre próximo en La Haya, Reino de los Países Bajos, durante la 29ª sesión de la Conferencia de los Estados Miembros de la CAQ. La República Checa y la República de Macedonia del Norte también presentaron sus candidaturas para el grupo regional de Europa Oriental. Confío en que se tomará la decisión correcta y justa y que estos dos países, que contribuyen eficazmente al fortalecimiento del sistema de prohibición de las armas químicas, recibirán el número suficiente de votos para ser elegidos para dos puestos vacantes en este órgano importante internacional.

Para garantizar la continuidad del funcionamiento e integridad del Consejo Ejecutivo de la OPAQ y evitar la influencia destructiva de la Federación de Rusia en esa Organización, la comunidad internacional debe tomar medidas para resistir a la tentativa del país-terrorista, que intentará blanquear sus acciones y lograr la impunidad de sus crímenes.

Desgraciadamente, ahora Rusia aumenta su propia producción militar y cuenta con el apoyo de sus aliados. El país-terrorista ha tomado toda la munición de Bielorrusia y utiliza proyectiles de artillería y misiles balísticos de Corea del Norte, así como los drones iraníes, para aumentar su capacidad de atacar a Ucrania. Corea del Norte ayuda a Rusia con proyectiles, equipos y, ahora, incluso personal. La profundización de la cooperación técnico-militar entre Rusia e Irán plantea graves amenazas a la seguridad no sólo de Ucrania, sino de toda Europa, Oriente Medio y el mundo.

El “apaciguamiento” de Rusia y las autocracias no funciona. Ucrania lucha ahora no solo contra el agresor ruso, sino también contra su aliado norcoreano.

En la actualidad, las Fuerzas Armadas de Ucrania están repeliendo una de las ofensivas rusas más poderosas desde el comienzo de la invasión a gran escala. Los combates duros e intensos continúan a lo largo de toda la línea del frente.

Al mismo tiempo, los ucranianos quieren la paz en su país más que nadie.

Continuando nuestra lucha por la libertad e integridad territorial, tratamos de hacer todo lo necesario para que Rusia esté preparada para una paz justa, duradera e integral.

Y estoy convencido de que, con el apoyo creciente de nuestros socios, podamos ejercer la presión necesaria para que el Kremlin se dé cuenta de que esta guerra no le traerá nada.

Apreciamos la posición de la Argentina por condenar la agresión rusa, por votar a favor y copatrocinar resoluciones ucranianas en la ONU y otras organizaciones internacionales. Valoramos mucho la participación del Presidente de la República Argentina, Javier Milei, en la Primera Cumbre de Paz, así como la adhesión de la Argentina a los puntos 1 y 5 de la Fórmula de Paz del Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, que se refieren a la seguridad radiológica y nuclear y al restablecimiento de la integridad territorial de Ucrania. Además, agradecemos la decisión de la República Argentina de sumarse a la Coalición Internacional para el Retorno de los Niños Ucranianos Secuestrados por Rusia. Apreciamos también el apoyo humanitario a nuestro país.

Para crear las condiciones para la aplicación práctica de la Fórmula de la Paz del Presidente Volodymyr Zelenskyy, Ucrania ha elaborado el Plan de la Victoria de cinco puntos (geopolítico, dos militares, uno económico y otro de seguridad). El Plan de la Victoria contiene todo lo necesario para privar a Rusia de cualquier alternativa con la que cuente actualmente, salvo una paz justa.

La aplicación del Plan de la Victoria fortalecerá a Ucrania tanto militar como geopolíticamente, dando al pueblo ucraniano seguridad y confianza en el futuro. El objetivo final es crear las condiciones para obligar a Rusia a poner fin a la guerra por medios diplomáticos. Si empezamos a aplicar el Plan de la Victoria ahora mismo, es posible poner fin a la guerra a más tardar el año que viene.

Actualmente estamos trabajando en la preparación de un marco de paz conjunto, que constituiría una posición clara sobre cómo poner fin a la agresión rusa de conformidad con las normas del derecho internacional. Tenemos la intención de concluir este trabajo en noviembre y celebrar hacia finales del año en curso la segunda Cumbre de la Paz.

Creo que con los esfuerzos conjuntos proactivos de la comunidad mundial podremos poner fin próximamente a los delirios geopolíticos imperiales del régimen del Kremlin y hacer este mundo más seguro.

¡Que haya una paz justa y duradera en Ucrania!

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