Este producto puede causar daños irreparables en ciertos objetos. Evitar estos errores es clave para conservar la integridad de superficies y pertenencias.
El bicarbonato de sodio es un ingrediente infaltable en la limpieza casera. Sus propiedades para neutralizar olores, eliminar grasa y manchas difíciles lo convierten en un aliado ideal para muchas tareas domésticas. Sin embargo, su capacidad abrasiva también implica riesgos para ciertos materiales y superficies. Aunque pueda parecer una opción segura y universal, el bicarbonato puede dañar algunos objetos de manera irreversible, afectando su apariencia y durabilidad.
A continuación, exploramos seis superficies y objetos que nunca deben limpiarse con bicarbonato de sodio para evitar rayones, pérdida de brillo o daños en sus recubrimientos protectores. Desde los vidrios y espejos hasta los electrodomésticos de acero inoxidable, cada uno de estos elementos requiere de métodos de limpieza específicos para mantenerse en óptimas condiciones sin exponerse a los efectos abrasivos de este popular producto.
Vidrio y espejos
Aunque el bicarbonato de sodio es ampliamente utilizado en limpiezas caseras y parece una solución ideal para eliminar manchas, no es adecuado para todas las superficies, y los vidrios y espejos son un claro ejemplo de esto. Imagina esos espejos del baño o de la sala donde se acumulan marcas de dedos o salpicaduras; aunque el bicarbonato podría parecer una opción segura para eliminar la suciedad, su naturaleza abrasiva representa un riesgo.
El problema con el bicarbonato de sodio en superficies de vidrio es que su textura ligeramente arenosa puede rayar estos materiales, especialmente con limpiezas repetidas. Según reveló a la web especializa Real Simple Vivian Holguin, experta en limpieza en Maid Brigade, este tipo de daño se acumula con el tiempo y da lugar a un aspecto opaco y menos claro, restando nitidez a los reflejos de los espejos y al brillo de los vidrios.
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Para evitar estas marcas y opacidades, los expertos sugieren utilizar un limpiador específico para vidrio o una mezcla de vinagre y agua aplicada con un paño de microfibra. Este tipo de paño es ideal para evitar rayones, ya que es suave y atrapa el polvo sin desgastar la superficie, dejando el vidrio impecable y sin riesgo de daño.
Madera
El bicarbonato de sodio también resulta perjudicial para las superficies de madera. La madera es un material que suele requerir cuidado especial debido a su sensibilidad a la humedad y a ciertos productos de limpieza. Aunque el bicarbonato puede parecer una opción rápida para eliminar manchas o restos de comida pegada, su uso frecuente en madera puede dañar el acabado protector que la cubre. Este acabado es esencial para conservar la durabilidad y apariencia de la madera, ya que la protege de agentes externos.
El riesgo de usar bicarbonato en superficies de madera radica en su efecto abrasivo, que desgasta gradualmente esta capa protectora, exponiendo la madera a posibles daños. Según Holguin, este desgaste deja a la madera vulnerable a la humedad y las manchas permanentes, además de aumentar el riesgo de decoloración y deformación. Además, con el tiempo, la madera puede adquirir un aspecto opaco y desgastado, perdiendo su color y suavidad originales.
Para limpiar de forma segura utensilios o superficies de madera, es preferible usar un paño húmedo o productos específicos para madera que ayuden a mantener su acabado. De esta forma, se evita dañar su recubrimiento y se asegura una protección duradera.
Herramientas de cocina
Las herramientas de cocina que cuentan con ranuras o superficies texturizadas, como ralladores y coladores, tampoco deben limpiarse con bicarbonato de sodio. Aunque este producto se suele usar para eliminar residuos de grasa y alimentos difíciles, en estos utensilios puede ser contraproducente. Su consistencia arenosa tiende a quedarse atrapada en las ranuras y pequeños espacios de estas herramientas, lo cual hace que sea difícil de enjuagar completamente.
Residuo persistente en herramientas de cocina: Holguin advierte que el bicarbonato de sodio puede dejar un residuo arenoso que no se elimina fácilmente en estos utensilios. Esto no solo afecta la apariencia y la higiene del utensilio, sino que también puede afectar la textura de los alimentos la próxima vez que se usen, ya que pequeños restos de bicarbonato podrían mezclarse accidentalmente con la comida.
Para una limpieza efectiva de estas herramientas, se recomienda usar un cepillo de cerdas finas y un detergente suave, asegurando así la eliminación de restos de comida sin dejar residuos y sin arriesgarse a los efectos no deseados del bicarbonato.
Ollas y sartenes de aluminio
Las ollas y sartenes de aluminio requieren un cuidado especial al momento de limpiarse, y el bicarbonato de sodio no es una buena opción para este tipo de utensilios. Aunque puede ser tentador usar bicarbonato para deshacerse de la grasa o los residuos de alimentos que se adhieren al cocinar, en el caso del aluminio su efecto puede ser negativo.
Oxidación y decoloración: De acuerdo con Holguin, el bicarbonato de sodio puede causar oxidación en el aluminio, lo que produce una decoloración en la superficie. Con el tiempo, las ollas y sartenes pueden adquirir un aspecto desgastado y opaco, algo que disminuye su durabilidad y atractivo visual. Este desgaste es especialmente notorio en utensilios de aluminio expuestos a una limpieza agresiva y repetitiva con productos abrasivos.
Para limpiar ollas y sartenes de aluminio, es mejor optar por jabones suaves y una esponja que no raye. Esto permite eliminar los restos de comida y la grasa sin comprometer el acabado ni provocar una reacción que cause oxidación. Así, los utensilios mantienen su aspecto y funcionamiento en óptimas condiciones por más tiempo.
Piedra sellada
Las superficies de piedra sellada, como encimeras y pisos de granito, mármol o cuarzo, también pueden sufrir daños significativos si se limpian con bicarbonato de sodio. Este tipo de piedra suele contar con una capa de sellador que la protege de manchas y daños, conservando su brillo y apariencia. Sin embargo, el bicarbonato puede desgastar este sellador, exponiendo la piedra a riesgos de manchas permanentes y desgaste.
Peligro para el acabado de la piedra: Claudia Meneses, directora de Avanti Green Eco Cleaning, advirtió el diálogo con Real Simple que el bicarbonato de sodio puede eliminar el sellador protector de la piedra, dejándola opaca y vulnerable a la absorción de líquidos y manchas que no pueden eliminarse fácilmente. Esta falta de protección también puede hacer que la piedra pierda su color natural y se vea deteriorada con el tiempo.
Para cuidar adecuadamente las superficies de piedra sellada, es ideal utilizar productos formulados específicamente para este tipo de material. Estos limpiadores ayudan a preservar el sellador y mantienen el acabado brillante sin causar abrasiones ni desgastes. De este modo, se asegura una protección prolongada y una apariencia impecable para encimeras y pisos de piedra.
Electrodomésticos de acero inoxidable
Los electrodomésticos de acero inoxidable, como hornos, refrigeradores, lavavajillas y microondas, son especialmente sensibles a los productos abrasivos, y el bicarbonato de sodio no es una excepción. Aunque el acero inoxidable suele ser resistente y duradero, mantener su acabado y brillo requiere precaución en la elección de los productos de limpieza.
Riesgo de rayones y pérdida de brillo: Según Meneses, el bicarbonato de sodio puede causar rayones finos en la superficie del acero inoxidable y provocar que este pierda su brillo original. Con el tiempo, el uso de bicarbonato no solo afecta la apariencia de estos electrodomésticos, sino que también puede comprometer su recubrimiento protector, haciéndolos más susceptibles a las manchas y el desgaste.
Para limpiar de forma segura los electrodomésticos de acero inoxidable, se recomienda el uso de productos diseñados específicamente para este material. Estos limpiadores ayudan a eliminar la suciedad sin riesgo de rayones, permitiendo mantener el acero inoxidable reluciente y protegido contra el deterioro.