La modelo recorre los destinos más icónicos de París y Londres en un viaje lleno de glamour y simbolismo.
La reciente travesía de Pampita por las calles de París y Londres se convirtió en un espectáculo tanto visual como emocional, mientras la modelo argentina, radiante y decidida, exhibe su independencia tras la mediática separación de Roberto García Moritán. Con cada fotografía refleja un magnetismo único que no pasa inadvertido entre sus seguidores, quienes observan, comentan y especulan sobre cada detalle de su viaje.
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Su paso por París fue un despliegue de belleza y glamour, capturado en icónicos sitios como el Louvre, el Arco del Triunfo, el Palacio Borbón y, cómo no, la Torre Eiffel. En sus publicaciones, la empresaria lanzó un mensaje rotundo: optó por mirar hacia adelante. “Quedarse tirada comiendo helado” no va con su forma de enfrentar la situación, como ella misma expresó. En cambio, recorre el mundo con una libertad renovada, vestida para conquistar no solo a sus seguidores, sino a cada ciudad que pisa.
El rumor de un romance con Martín Pepa añade un toque de misterio y expectativa a esta escapada europea. Los primeros rumores comenzaron cuando fueron vistos juntos en el Teatro Colón y, más tarde, en el Abierto de Polo de Palermo. Pero la chispa que encendió las especulaciones fue un enigmático anillo dorado, el cual la modelo exhibió en París. En la foto, lucía un vestido negro, medias y mocasines, pero sus seguidores solo parecían notar el resplandor de la joya en su mano izquierda, un símbolo de misterio y promesas aún sin confirmar.
La imagen del anillo llevó a algunos seguidores a plantear la posibilidad de un compromiso reciente, mientras que otros sugirieron que podría tratarse de un obsequio significativo de su nueva pareja. También hubo quienes pensaron que podría ser una joya de alguna de las marcas con las que Pampita colabora, especialmente dado que el anillo que lucía no era el mismo de su matrimonio anterior.
Su viaje continuó en Londres, una ciudad que ya late con el espíritu navideño. Allí se mostró envuelta en un estilo que mezcla elegancia y audacia, empezando con un look dorado de día, una chaqueta que resplandece en tonos metálicos y una gorra de lana negra para combatir el frío. Por la noche, deslumbró con un vestido corto plateado que dejaba entrever el brillo de las luces de Londres reflejadas en su atuendo. El segundo día, sin embargo, Pampita se dirigió a Stamford Bridge para presenciar el partido entre el Chelsea FC y el Arsenal, un evento que se convertiría en su pasarela particular. Para la ocasión, eligió pantalones de vinilo negro y un body de lycra a tono, terminando el look con unas botas de taco aguja que atrajeron todas las miradas.
Acompañada de su amiga y estilista, Estefanía Novillo, se mueve por Europa como una embajadora de la moda argentina, exhibiendo con orgullo cada look que le es cuidadosamente diseñado y que parece reinterpretar cada rincón que visita. Cada lugar, cada calle y cada esquina parecen llenarse de un aire de cine clásico cuando ella aparece, evocando la atmósfera de los romances de antaño.
Y en un giro romántico, Carolina se dejó ver sentada en un banco que remite indefectiblemente al filme Un lugar llamado Notting Hill. La imagen, cargada de simbolismo, transmite un eco de aquel romance idealizado que marcó a generaciones enteras. ¿Qué mejor lugar para alimentar los rumores de una nueva historia de amor? Londres, en su carácter gris y encantador, parece haberla envuelto en un nuevo capítulo lleno de promesas.