Durante sus discursos, ambos candidatos abordaron temas de interés para la comunidad hispana, que tiene una presencia significativa en la región.
El ex presidente republicano Donald Trump intenta regresar a la Casa Blanca mientras la vicepresidenta Kamala Harris busca mantener al Partido Demócrata en el poder en una elección presidencial que promete un final reñido.
Los resultados de las elecciones de este martes dependerán de siete estados donde la votación se avizora muy reñida: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.
Harris y Trump difieren sobre las futuras medidas económicas y las reglas a implementar para contener a la inmigración indocumentada, mientras que sus perspectivas geopolíticas son antagónicas respecto a Medio Oriente, la guerra en Ucrania, el cambio climático, la contención de China y la importancia de la OTAN.
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Las posiciones domésticas y globales de los dos candidatos reflejan la fractura de la sociedad americana, y ese quiebre social aparece nítido en la paridad electoral que existe entre Harris y Trump. La vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano asumen que la victoria depende de siete estados que recorrieron -una y otra vez- durante los últimos 15 días de campaña.
Pensilvania (19 electores), Georgia (16), Carolina del Norte (16), Michigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6) son clave para determinar al sucesor de Joe Biden en la Casa Blanca. Son distritos con diferentes composiciones sociales, étnicas y religiosas, que los candidatos intentaron conquistar con resultado incierto.
La elección de hoy se gana con un margen máximo de 200.000 votos. En Pensilvania, la comunidad de portorriqueños llega a 400.000 ciudadanos. Trump puede perder Pensilvania -19 electores- por la descalificación de Hinchcliffe, que ha dejado de aparecer en los lugares que solía frecuentar.