La reducción en la importación de combustibles y el aumento en la producción han permitido un incremento significativo en los ingresos al BCRA. Se proyecta que el sector cierre el año con el mayor superávit en 15 años.
Durante los primeros siete meses del año, el sector de la energía aportó un ingreso de USD 4.092 millones superior al de 2023 gracias a menores importaciones y al crecimiento de la producción de hidrocarburos, principalmente en Vaca Muerta. Esta mejora se produjo en un contexto en el que sector alcanzó, entre enero y julio, el mayor superávit en más de dos décadas.
Las estimaciones privadas, al igual que las del Gobierno, arrojan que la balanza comercial energética podría cerrar diciembre con un superávit acumulado de entre USD 3.500 y USD USD 5.000 millones. Sería el mejor resultado de los últimos 15 años.
Los últimos datos del Indec mostraron que el saldo entre los dólares que ingresaron por exportaciones de energía y los que salieron por importaciones hasta julio fue positivo en USD 2.933 millones, el valor más alto en más de dos décadas. El titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), Nadín Argañaraz, destacó en su último informe que el resultado mejoró en USD 4.092 millones respecto al año pasado.
Según detalló Iaraf, al descomponer la variación de la balanza de divisas provenientes de la energía, se observa que el efecto de menores precios generó una suba de USD 568 millones y el efecto cantidades, un aumento de USD 3.524 millones.
“En el parcial, el principal aporte de dólares vino por el lado del ahorro generado por las menores importaciones. Por el menor precio de la energía importada se ahorraron US$ 587 millones y por la menor cantidad de energía importada el ahorro fue de US$ 2.247 millones. La suma da la cifra da US$ 2.834 millones”, señaló el trabajo.
En materia de exportaciones, indicó Iaraf, las mayores cantidades exportadas compensaron el menor precio, siendo positivo el efecto sobre la balanza de dólares en USD 1.258 millones.
La Argentina tiene en Vaca Muerta la segunda reserva no convencional de gas natural y la cuarta de petróleo, por lo que el país cuenta con la oportunidad de aprovechar sus recursos durante la ventana que otorgue la transición energética. En ese marco, el 2024 podría finalizar con el mayor superávit de balanza energética de los últimos 15 años, después de marcar un déficit de USD 600 millones en 2023. La proyección que realizó el Gobierno con el FMI es de un saldo positivo de unos USD 3.300 millones, pronóstico que a esta altura del año luce conservado, para los expertos de la industria.
Aun así, según G&G Energy Consultants, que encabeza Daniel Gerold, este año el sector aportaría un superávit comercial del sector energético de unos USD 3.800 millones y podría casi duplicar ese saldo favorable en 2025, a cerca de USD 7.500 millones. Se trata de un fortísimo contraste con los casi USD 4.500 millones de déficit de la balanza comercial energética de 2022, año en el que estalló la guerra en Ucrania y saltaron los precios internacionales.
“Con estos números preliminares, podemos proyectar una balanza energética superavitaria por más de US$ 4.600 millones de cara al cierre del 2024. No obstante, las recientes compras de fuel oil y gasoil, además de potenciales necesidades de gas podrían aminorar estos valores. Sin embargo, más allá de posibles recortes, este resultado positivo nos llevará a la primer balanza energética superavitaria en 15 años. La sostenibilidad de este superávit a mediano y largo plazo dependerá de otros determinantes. Por un lado, la esperada recuperación económica, al momento de materializarse en el ciclo económico, redundará necesariamente en un incremento del consumo energético, ya sea a través de energía eléctrica como también de combustibles para transporte. Esto podría llevar a un repunte importador y/o a un recorte en las exportaciones”, resaltó en un trabajo reciente la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).