Así lo informó el INDEC. Además, se registraron 1.3 millones de turistas menos respecto del mismo periodo de 2023.
La caída de la actividad económica atraviesa a la gran mayoría de los sectores de la economía argentina, y el turismo no es la excepción. Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en el primer semestre del año se contrajo 13% la cantidad de turistas que recorrieron el país.
En detalle, entre enero y junio del 2024 se contabilizaron 8.987.142 turistas, mientras que en igual período del 2023 se registraron 10.327.858 visitantes, lo que dejó una diferencia de 1.340.716 personas entre un año y otro. De ahí se desprende la mencionada diferencia del 13%.
Ahora bien, la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) ofrece además una diferenciación entre el turismo de residentes (turismo interno de habitantes argentinos) y no residentes (extranjeros). En este caso, los datos indican que entre enero y junio del 2024 arribaron al país 2.088.952 de turistas internacionales, lo que dejó como resultado una leve caída del 1,5% en relación al mismo período del 2023.
En este punto, es importante recordar que en la primera mitad del año pasado hubo un “boom” de turistas extranjeros a raíz de la ventaja competitiva que obtuvieron por el atraso cambiario y la suba del dólar en los mercados alternativos. Tras una serie de medidas impulsadas por el gobierno de Alberto Fernández, las ciudades fronterizas se llenaron de visitantes internacionales que conseguían productos de toda clase -incluso de primera necesidad- a valores más económicos que en sus propios países. El panorama cambió a partir de diciembre, cuando el Gobierno nacional devaluó el dólar oficial y los precios de la economía se acomodaron al nuevo tipo de cambio. Ya sin ventaja competitiva, los tours de compras que realizaban los extranjeros dejaron de ocurrir.
Aún así, la baja más pronunciada se produjo entre los turistas locales, que bajaron de 8.206.289 en el primer semestre del año pasado a 6.898.190 en esta temporada (15,9% de retracción). Como disparador de la baja, se puede volver a mencionar la devaluación de diciembre, que provocó subas de precios a un ritmo que los salarios no pudieron seguir en el corto plazo, lo que se tradujo en una pérdida de poder adquisitivo y en mayores dificultades para acceder a los servicios turísticos. A eso se suma, por supuesto, la finalización del programa Previaje, que ofrecía el reintegro de hasta el 50% de los gastos realizados en turismo.