Fernando Alves Ferreira mató a la madre de sus hijos. Durante el juicio dijo que se percibía mujer para evitar una pena. Investigan si hubo irregularidades.
Los disparos disuasivos y la rápida intervención del centinela del establecimiento penitenciario de Bariloche no pudieron impedir el plan de Fernando Alves Ferreira para fugarse. Con agilidad, saltó el cerco perimetral del Penal III, llegó a la calle y abordó un vehículo que, se cree, lo estaba esperando.
Fernando Alves Ferreira, acusado por el asesinato de Eduarda Santos, quien murió de nueve disparos de arma -además- se autopercibe mujer y pidió que durante el juicio en su contra lo llamen Amanda. La querella interpretó que se trataba de una estrategia para evitar la condena por femicidio. Incluso presentó una fotografía adulterada con inteligencia artificial, en la que mostró rasgos femeninos que no estaban al momento de ser capturado, horas después del crimen.
La mujer fue asesinada a balazos en febrero de 2022. El cuerpo fue hallado por turistas en un sendero sobre la ruta provincial 77, en Circuito Chico, a 27 kilómetros del centro de Bariloche. Había recibido impactos de bala, varios de ellos por la espalda y otros en las manos, al intentar defenderse.
Alves Ferreira permanecía alojado en la unidad carcelaria de Bariloche donde este martes a la noche logró escapar. Las autoridades penitenciarias dijeron que no sólo se investiga la fuga, sino también si hubo negligencia interna debido a que no debía estar en el patio de la cárcel a esa hora, cerca de las 21.30 horas.
Vestido como hombre, a pesar de su autopercepción, trepó un cerco y saltó a la calle. Un centinela que custodia el perímetro carcelario, que está situado en el corazón de un barrio residencial de la ciudad turística, se percató de la situación y efectuó varios disparos para tratar de evitar la evasión.
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El sujeto, sin embargo, siguió adelante. Testigos indicaron que abordó un vehículo color azul, que huyó raudamente de la escena. El dato permite analizar en que la fuga, estaba planificada.
El director del Penal III de Bariloche, José Ibarra, aseguró que “se inició una investigación interna para determinar por qué el recluso estaba en un sitio de seguridad media a esa hora de la noche”.
En cuanto se produjo la fuga, todas las unidades policiales de Bariloche recibieron la información y desplegaron un operativo cerrojo que, hasta el momento, no dio resultados.
Ibarra admitió que la autopercepción de Alves Ferreira como mujer generó “movimientos internos” en la unidad penitenciaria, teniendo en cuenta que el edificio no cuenta con espacios destinados a personas con esa condición de género.
Crimen y juicio
Durante el proceso judicial que culminó con la condena al fugitivo se comprobó que Alves Ferreira condujo su vehículo hasta el sendero de acceso al lago Escondido, a pocos kilómetros de donde residía. La víctima iba como acompañante.
Al llegar al lugar, la mujer -que vestía ropa de cama- intentó escapar. Su cuerpo cayó a 100 metros de la ruta, tras recibir nueve disparos que Alves Ferreira efectuó con una pistola Magnum calibre .357. El autor confesó el crimen, sin muestras de arrepentimiento.
Para el fiscal jefe Martín Lozada, se trató de un asesinato con alevosía, teniendo en cuenta que la víctima no tuvo oportunidad de defenderse.
El gobierno de Río Negro emitió una alerta para tratar de dar con el fugitivo. En las rutas provinciales y nacionales de la región se incrementaron los operativos de control para intentar recapturarlo.