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Por la recesión, el sector PYME advierte que podría perder cerca de 90.000 puestos de trabajo este año

En el primer semestre de 2024 ya se perdieron más de 40.000 empleos. El nivel de actividad sigue en rojo: está 14,2% por debajo de 2023, pese a algún repunte en ciertos sectores.

01/08/2024

El sector pyme alertó que en los primeros 5 meses del año ya se perdieron 40.000 empleos de las 92.000 bajas en el sector privado registrado. Si se mantiene el actual nivel de recesión, para fin de año esa cifra podría elevarse a 87.000 en el escenario más pesimista, según el Observatorio de Industriales Pymes Argentinas (IPA).  

En la presentación de un reporte sobre las pequeñas y medianas empresas del país, elaborado por los economistas Martín Kalos y Pablo Bercovich aseguraron que de no corregirse el rumbo, para fin de año los puestos  de trabajo formales totales en el sector privado destruidos durante todo  2024 serían alrededor de 117.000 en un escenario optimista, de los  cuales 47.000 serían del sector pyme. La proyección implica el cierre de  8.600 empresas. En el escenario más pesimista se anticipa la  destrucción 226.000 empleos totales de los cuales 87.000 serían puestos  de trabajo en pymes.

El  Observatorio IPA sostuvo que la “estrategia pyme hoy apunta sobre todo a  intentar sostener los niveles de empleo”, aunque señaló que “en el  corto plazo la mayoría son pesimistas en relación a un repunte de las  ventas y ya prevén que, de no haber una recuperación al menos hacia  finales de año, también se verán obligadas a cerrar”.  

“La  principal protagonista es la caída de la demanda que, en términos  productivos, ha conducido a caídas abismales en las ventas de las  empresas y, por lo tanto, de su ganancia”

El  nivel de actividad de la industria sigue en rojo en 2024: está 14,2%  por debajo de 2023, pese a algún repunte en ciertos sectores (liderados  por el agro y el sector energético). La utilización de la capacidad  instalada está por debajo del 57%.

“La  principal protagonista es la caída de la demanda que, en términos  productivos, ha conducido a caídas abismales en las ventas de las  empresas y, por lo tanto, de su ganancia. La caída del consumo se ha  visto agravada por otras dos cuestiones elementales: el aumento de  precio de los insumos y servicios requeridos para la producción y, según  el rubro, la desregulación de importaciones, que han generado un  desplazamiento de la demanda hacia los bienes importados -más baratos-”,  aseguró el informe.  

“Entre  los países proveedores se destacan China y Brasil. En algunos casos,  una incipiente recuperación de la demanda fue captada por estos  productos de origen importado (ocurre tanto con insumos como productos  finales, que venden a empresas comercializadoras como supermercados),  por lo que el nivel de ventas sigue deprimido, en este caso por no poder  competir con productos internacionales”, agregan.

En este  sentido, la caída de la facturación ha sido muy elevada. Según el caso,  ha alcanzado niveles de entre -60% y -80%, en comparación con los  niveles de ventas de 2023.

“La  situación se agrava porque el sector público acompaña a la coyuntura  nacional. Como empresas proveedoras, muchas venden tanto al sector  privado como al sector público, mediante licitaciones”, indica el  informe.

Además,  sostienen que los costos de producción se han incrementado. Ponen como  ejemplo una fabricadora de plástico, con una facturación en caída de  alrededor del 70%, los costos se incrementaron por entre 4 y 5 veces.  Entre los distintos insumos para la producción, resalta el caso de los  servicios, en este caso de la energía. Esta misma empresa señala que en  enero pagaban alrededor de $700 mil por el concepto de energía eléctrica  con la empresa funcionando cerca del 100%. Actualmente, pagan unos $3,5  millones (+400%, 5 veces más), pero con la fábrica produciendo al  30/40%. Así, algunas empresas declaran que se encuentran facturando por  niveles por debajo de los costos.

En  este contexto, la principal medida que están implementando las pymes  para sobrevivir es la disminución de la planta. La caída del personal  ocupado en estas empresas va desde 15% hasta 39%, por la necesidad de  “achicamiento”. No obstante, la reducción de gastos de personal no se  realiza solo mediante despidos, sino también a través de suspensiones,  no renovación de contratos y la eliminación de incorporación de  pasantes. Aún así destacan que “hay una enorme reticencia por continuar  reduciendo la planta”.

“Desde  IPA venimos adelantando que la ausencia de medidas que eviten la  profundización de la crisis del consumo sólo provocará más crisis,  porque el desempleo no sólo amplía la pobreza, sino que garantiza la  institucionalización de la falta de oportunidades. Las pymes, que somos  el motor del empleo en el país, estamos atravesando momentos de fuerte  incertidumbre, sin que existan señales de reactivación”, afirmó el  presidente de IPA, Daniel Rosato.

Y  agregó: “Sabemos que el diálogo es la forma de llegar a acuerdo y por  eso valoramos cuando se abren las puertas del Gobierno, porque tiene  resultados positivos. Pero, lamentablemente, son muy pocas los  funcionarios que quieren escuchar”.

Por  otro lado, afirman que muchos empresarios pymes no quieren contar su  situación particular (en algunos casos trabajan con el 30% de la  capacidad instalada) por temor a represalias por parte del Gobierno.