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El superalimento milenario de los incas que es fuente de energía y combate la hipertensión

Rico en micronutrientes como hierro, calcio, fósforo y vitamina C, es económico y versátil. Cómo consumirlo para aprovechar todas sus propiedades en la dieta diaria.

04/04/2024

A pesar de ser durante años un alimento menospreciado entre quienes persiguen una alimentación baja en calorías y sin carbohidratos, la papa o patata es un vegetal que no debe ser dejado de lado si se busca llevar una dieta equilibrada.

Es uno de los llamados tubérculos, que en muchos países es considerado un alimento básico por su aporte de energía. Además, es económico y cuenta con infinitas variables a la hora de llevarlo a la mesa.

¿Qué es la papa y cuál es su origen?

Solanum tuberosum es el nombre científico de la papa -también llamada patata en algunos países-. Se trata de una especie herbácea perteneciente al género Solanum de la familia de las solanáceas, originaria de la región que comprende el altiplano de los Andes centrales.

Puntualmente, su origen se sitúa en una región que en la actualidad se ubica en los Andes del sur del Perú y el extremo noroeste de Bolivia y su primer cultivo se sitúa entre los años 8000 y 5000 a.C.

Fue utilizada por los antiguos incas, quienes las consumían habitualmente, antes de la llegada de Cristóbal Colón a América. Y fue a partir de este hecho y hasta la actualidad que la papa logró una distribución mundial y se la considera un alimento básico en gran cantidad de países.

¿Cómo usaban la papa los incas?

En la tierra de los Incas, el altiplano peruano, las papas crecen naturalmente en una gran variedad de texturas y colores: rojas, azules, moradas, amarillas y rosas. Y es esta diversidad la que se refleja en las distintas maneras de prepararlas que dan forma a su gastronomía actual de Perú.

El principal modo de transporte de papas utilizado por los pueblos andinos más antiguos era correr o caminar: podían cargar con facilidad papas deshidratadas y cocinar rápidamente un caldo con hierbas del lugar, ajíes y agua del río de la montaña en caso de tener hambre.

Claro está que los incas fueron los primeros en consumir la papa. Cuenta la historia que hacían con ella un alimento llamado “chuño”, que consistía en papa seca que formaba una especie de galleta que alimentaba a sus ejércitos y esclavos. Además funcionaba como un alimento de reserva para épocas de hambre.

El valor nutricional de la papa
El Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) dependiente del Ministerio de Agricultura de Ecuador, promueve el consumo de la papa por las propiedades nutricionales que posee, como fuente importante de vitaminas y minerales, que contribuyen a prevenir la malnutrición y las enfermedades degenerativas.

“El ser humano para su desempeño diario requiere de al menos 49 nutrientes, que pueden ser suministrados en una dieta apropiada y la mayoría de ellos están presentes en el tubérculo de la papa”, afirmó Xavier Cuesta, investigador del Programa Nacional de Raíces y Tubérculos de ese instituto.

Y tras reconocer que “existe la creencia de que las papas tienen mayor contenido calórico y de grasa que el arroz y los fideos, por lo tanto engorda”, el experto aclaró que “esta apreciación es incorrecta, ya que la papa casi no tiene grasa y el valor energético es bajo, comparable con algunas leguminosas”.

Las papas frescas son virtualmente libres de grasa y colesterol, en tanto el contenido de proteína en el tubérculo es bajo y ésta tiene un excelente valor biológico, comparable a la del huevo.

Una papa de tamaño mediano aporta el 26% del requerimiento diario de cobre, el 17 al 18% potasio, fósforo, hierro; y entre el 5 al 13% zinc, magnesio, y manganeso, y hasta el 50% vitamina C.