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Opinión y Actualidad

El 11-S de Israel: un punto de inflexión en la historia moderna del país

Esta guerra marca la lucha por la hegemonía regional. Desde Tel Aviv, Irán es visto como la mano detrás de todo el movimiento de Hamas.

15/10/2023

Por Paulo Botta para TN - Las imágenes brutales de miembros de la organización Hamas y de la Yihad Islámica Palestina ingresando al territorio israelí desde la Franja de Gaza y atacando no solo a puestos militares sino asentamientos civiles y generando más de 1000 muertos es un verdadero 11-S, un punto de inflexión en la historia moderna de Israel.

Las fallas de los sistemas de inteligencia que no previeron el ataque recuerdan a las que ocurrieron hace 50 años al inicio de la Guerra de Iom Kippur en 1973 y el ingreso al territorio internacionalmente reconocido como israelí de fuerzas externas recuerda a la Guerra de Independencia de 1948. Pero no hay registros cercanos en el tiempo de la muerte de tantos civiles israelíes en tan poco tiempo como se ha producido en el pasado 7 de octubre.

Ahora, Israel tiene frente a si varios desafíos. En primer lugar restablecer el control de su territorio cerrando la brecha que se abrió a partir de la Franja de Gaza; en segundo lugar considerar las opciones para recuperar a los 150 rehenes que Hamas mantiene el Gaza luego de la incursión al territorio israelí; en tercer lugar, responder de manera creíble y enfática al desafío de seguridad que ha costado la vida de tantos inocentes que es lo que pide hoy la sociedad israelí.

Por si esto fuera poco, hacer todo eso manteniendo la calma en otros tres frentes que podrían abrirse: la frontera con Líbano donde opera Hezbollah, en Cisjordania donde la Autoridad Nacional Palestina pierde terreno frente a otras organizaciones extremistas y, en tercer lugar, evitar que desde el territorio sirio la presencia iraní en el terreno pueda complejizar todos esos frentes.

Todo ello, además, debe hacerse a marchas forzadas por un gobierno que ha costado mucho en constituir debido a la inestabilidad política de los últimos años y cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha polarizado a la sociedad con intentos de reformas que no cuentan con ningún tipo de apoyo social.

El telón de fondo son las tensiones, por no decir conflicto solapado entre Israel e Irán, que ha sido identificado como el principal desafío a la seguridad de Israel por parte de Netanyahu. Desde Tel Aviv, Teherán es visto como la mano detrás de todo lo que enfrenta Israel.

Es cierto que, para el gobierno iraní, todo problema que enfrente Israel es un beneficio para Irán y es que por ello no ha dudado en apoyar, con medios diplomáticos, financieros, propagandísticos y militares, a lo que denomina “Eje de la resistencia”, es decir, organizaciones opuestas a Israel como Hamas, Yihad Islámica Palestina o Hezbollah en Líbano. La guerra civil que se desarrolla en Siria desde 2011 y la influencia que ha ganado allí Irán es un problema agregado para Israel ya que ahora hay fuerzas iraníes en su frontera noroeste.

Toda la región es un sistema, no puede analizarse como compartimentos estancos, y a pesar de la inherente complejidad existe una lógica: hay una lucha por la hegemonía regional, la misma no excluye el uso de la fuerza, incluyendo la ejercida sobre poblaciones civiles.

Desde Israel, Irán es el gran desafío a su seguridad pero posiblemente el centrarse solo en el programa nuclear de Teherán haya hecho que se desatiendan otros frentes como la influencia iraní a través de otros actores no estatales y sobre todo el caldo de cultivo que no solución de la cuestión palestina podía tener como ventana de oportunidad.

*Paulo Botta es director del programa de Medio Oriente de la Universidad Católica Argentina.