El santiagueño alcanzó la gloria en su tierra al derrotar a Melchor Cob Castro y obtener el cinturón minimosca de la OMB.
Una noche imborrable, un estadio Vicente Rosales del Club Ciclista Olímpico colmado y un recuerdo imborrable. El 17 de enero de 1998 Juan Domingo Córdoba se consagró campeón del mundo de la categoría Minimosca de la Organización Mundial de Boxeo.
Era la última oportunidad para el Panza. Y como dice el refrán: “La tercera fue la vencida”. Antes había perdido con Humberto “La Chiquita” González en Las Vegas y luego con Chatchai Sasakul en Tailandia.
Sin embargo, esta fue la ocasión soñada ya que contaba con el apoyo de su público en la Ciudad de La Banda. A sus 25 años el santiagueño logró un triunfo por puntos, en fallo unánime, frente al mexicano Melchor Cob Castro, quien nunca pudo controlar esa endiablada derecha.
“Fue una felicidad enorme. Cumplí el sueño de ser campeón del mundo para dárselo a mi provincia”, contó Juan Domingo Córdoba en una charla con Noticiero 7.
El campeón recordó siempre los concejos de su padre, amante del boxeo y gran inspiración. “Si lo vas a hacer, que sea con ganas y empeño. Me levantaba temprano en el tabique, mientras trabajaba aprovechaba para correr. Y un día le dije a mi papá que estaba cansado de trabaja y que quería ser campeón del mundo. Me contestó: ‘Termina tu trabajo y no vienes más, ahora te dedicas a entrenar’”.
“Mi papá se fue de este mundo sabiendo que dejó un hijo campeón del mundo”, recordó Córdoba.
Las tarjetas en esa noche premiaron el trabajo tan esforzado como bueno de Panza Córdoba. Para la estadística quedó el fallo del jurado: José Rivera, de Puerto Rico, dio un ajustadísimo 115 a 114; Roque García, de Colombia, 116 a 112, y Antonio Bernardo Soares, 117 a 115.
Juan Domingo Córdoba fue el vigésimo monarca mundial de la Argentina. Luego llegaron otros más, pero para Santiago del Estero es único.