Tamim bin Hamad al Thani viajó a la ciudad uruguaya y se reunió con Gastón Gaudio en José Ignacio. Su relación con Mauricio Macri y cómo se convirtió en uno de los hombres más poderosos del mundo.
Sin su túnica característica, Tamim bin Hamad al Thani podría haber pasado desapercibido entre los miles de turistas que llegaron al Este. El emir de Qatar, sin embargo, acaparó todas las miradas con su llegada al balneario uruguayo, adonde arribó el último fin de semana para recibir el 2023 y encabezar reuniones privadas.
De la mano del extenista devenido en empresario Gastón Gaudio, el emir llegó en un clima de absoluto hermetismo. “Uno de los valores que da nuestro gobierno es la privacidad en Uruguay”, atajó un funcionario de la cúpula del gobierno de Luis Lacalle Pou, al ser consultado por el líder qatarí.
El arribo de Tamim se dio junto a la aparición de dos mega embarcaciones en el puerto de Punta del Este, que llamaron la atención de locales y turistas. Se trata de los barcos Alpha y Aquarius, dos navíos que -en conjunto- tienen una valuación que superan los 300 millones de dólares.
El emir de Qatar utiliza una de las embarcaciones para su uso privado, mientras que la otra está destinada para sus funcionarios y equipo de seguridad. Todo los movimientos del líder son quirúrgicos y se mantienen en operativos estricta seguridad.
Ayer, Tamim bin Hamad al Thani fue visto almorzando en el icónico Parador La Huella, de José Ignacio. Allí llegó junto a Gaudio, su amigo argentino. Está previsto que en los próximos días el emir continúe su visita a América latina con un viaje a Brasil.
Quién es el emir de Qatar
Miles de millones de personas alrededor del mundo vieron la imagen de Tamim en la última final del Mundial de Qatar. El emir fue quien le puso la capa negra (”bisht”) a Lionel Messi y luego le entregó junto al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, la copa del mundo.
¿Pero cómo llegó Tamim a convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo? Hace poco más de medio siglo, la familia Al Thani vivía en una casa de dos plantas cerca del mar, cuando en la costa solo había arena, barcos y algunos buscadores que todavía sobrevivían a la crisis de la perla.
Primero fue el petróleo y más cerca en el tiempo el gas, lo que catapultó este pequeño emirato a disputarle el poder a sus vecinos más poderosos, como Arabia Saudita, Irán e Irak.
En Tamim bin Hamad, pero también en su antecesor, su padre, Hamad bin Khalifa, se explica por qué invirtieron más de 200 mil millones de dólares en los últimos años y el Mundial fue solo un escalón para insertarse en el tablero internacional.
En 1995, Hamad bin Khalifa depuso en un golpe no violento a su padre, hasta ese entonces quien regía los destinos de la familia y del país, mantenía un bajo perfil y una política de no intervención, algo que era del agrado de los saudíes. Pero poco después todo cambió en esta península, quince veces más pequeña que Uruguay, el país en el que pasó el año nuevo.
El gran salto de Qatar se dio a mediados de los 90, cuando se asoció con empresas norteamericanas y japonesas para convertirse en el mayor exportador mundial de gas licuado (GNL) y explotar así las reservas que habían descubierto en el mar. Los dólares empezaron a fluir de a miles de millones y entonces los Al Thani idearon un ambicioso plan de expansión.
En los finales del siglo pasado, surgieron algunos de los símbolos del nuevo país, como la cadena Al-Jazeera, la aerolínea Qatar Airways, y se plantaron las bases de Qatar Investment Authority, el fondo soberano de inversión que expande sus brazos por Europa, Asia y los Estados Unidos.
Manejado por la familia real, tiene acciones en la Bolsa de Londres, en las automotrices Volkswagen y Porsche, adquirió marcas emblemáticas como las tiendas Harrods, las joyerías Tiffany, el estudio de Hollywood Miramax, y participa en compañías como British Airways, los bancos Barclays y Credit Suisse, entre muchas otras alrededor del planeta. Se estima que solo en el Reino Unido, donde el actual emir y gran parte de la familia real se formó, lleva invertidos más de 50 mil millones de dólares.
Fútbol, Macri y Gaudio
Fue con el fútbol que los Al Thani abrieron aún más sus horizontes. En 2005, Tamim fundó Qatar Sport Investiments. Uno de sus primeros golpes de efecto fue la compra de un club en crisis, en el que gastó cerca de mil millones de dólares y donde actualmente juega Leo Messi: el Paris Saint-Germain. También invirtió en el Barcelona y sueña con llevar a su país los Juegos Olímpicos.
Sin dudas, el hecho transformador fue obtener, en 2010, la organización del úlitmo Mundial que ganó la Argentina. Fue un proceso marcado por la poca transparencia, con fuertes acusaciones de corrupción, el de llevar la copa del mundo al desierto, en una sola ciudad y donde hubo que cambiar hasta la fecha de inicio.
Pese a pelear con federaciones de países como Estados Unidos, Australia o Japón, Tamim siguió adelante. Nada lo detuvo para cumplir con el plan Qatar National Vision 2030, hacia donde apunta el nuevo país.
Tamim mantiene una buena relación con el expresidente Mauricio Macri, a quien visitó en Buenos Aires en 2018. Allí firmaron acuerdos relacionados con la supresión de visado diplomático y tres memorándums en materia de educación, deporte y producción y empleo. Durante el último Mundial, mantuvo diferentes encuentros con el expresidente argentino.
Luego de la clasificación argentina a la final del Mundial, Macri recibió una invitación de parte de la poderosa familia real qatarí. Yassim es el hermano mayor del emir y fue el presidente del Comité Supremo, el ente que organizó la copa del mundo.
El príncipe de Qatar organizó un mini torneo del que participaron el expresidente argentino y varias leyendas del fútbol. Jugaron Gabriel Batistuta, el brasileño Ronaldo y los holandeses Patrick Kluivert y Ronald de Boer, entre otros.
La fluida relación de Macri y la familia real se gestó a través de la figura del excampeón de Roland Garros Gastón Gaudio, quien participó de varios negocios asociados a Qatar. Antes del partido de la Selección contra Polonia, facilitó la primera reunión entre Macri y Tamin en suelo qatarí durante el Mundial.
Gaudio tiene su propia relación con Macri y con el mundo Boca también. La aerolínea Qatar Airways, que fue fundada en las década del ‘90 por la familia real qatarí y hoy es una de las compañías más grandes del mundo, suscribió en 2018 con el club argentino un convenio para ser el sponsor principal de la camiseta por 7 millones de dólares anuales. La influencia de Gaudio fue decisiva para la firma de ese contrato que se suscribió durante la gestión del armado judicial de Macri, Daniel Angelici.
Después de compartir un mes intenso en Medio Oriente, que se coronó con el título mundial de la Selección de Messi, Gaudio y Tamin volvieron a reencontrarse este año nuevo bajo el sol del Este.
Tres mujeres y vida de lujos
Aunque Tamim busca mostrarse ante los ojos de Occidente como un líder moderado, es conocido también por su vida opulenta. Su familia es dueña de la residencia más cara del Reino Unido, por la que pagó US$150 millones de dólares en el centro Londres; y estiman que poseen más propiedades que la familia real británica en la capital de ese país.
El emir, de 42 años, tiene tres esposas. Sin embargo, para mostrarse como un líder occidetanlizado, suele hacer visitas de Estado con la primera de ellas, Jawaher Bint Hamad. En la reciente visita a España, ambos se vistieron sin sus trajes tradicionales árabes y fueron recibidos con verdaderos honores: Tamin anunció que aumentaría las inversiones energéticas hasta por US$4.700 millones. La familia real qataría también disfruta de veranear en las cálidas aguas del Mediterráneo español. Suele mostrarse sin prejuicios por Mallorca, con un numeroso séquito, autos de lujo y jet privado. Allí suelen llevar su lujoso yate, uno de los más caros del mundo, valorado en más de 200 millones de dólares.
También en este viaje a las playas esteñas, el emir se mostró en bermudas y chomba azul, muy alejado a su vestimenta tradicional que lució durante la copa del mundo en Doha.