O Rei murió, pero seguirá gambeteando y gritando goles en un legado inmortal.
Por Miguel Wiñazki, en el diario Clarín
Pelé está haciendo rodar la bola por sobre las cabezas incrédulas de los suecos en el Mundial del 58.
Está ahora, ahora mismo, cediéndole ese pase tan simple a Carlos Alberto para sellar el 4 a 1 contra Italia en el Mundial del 70 (en esa dificilísima simplicidad late el genio, dijo alguien entonces).
Está ahora Pelé gambeteando a todo Benfica, en un partido en el que no quedó nadie sin ser dribleado.
Está pateando el penal contra el Gato Andrada para convertir su gol número mil, y está ahora en todos los corazones de ese Brasil "branco, preto, mulato", como decía Vinicius de Moraes. Esta Pelé ahora dejando ir la bola para un lado del gran arquero Ladislao Mazurkiewicz, meintras él corria por la otra vera del golero, y en ese gol que no fue puso tanto brillo, que ese gol no podía ser por lo incomparable.
Porque Pelé no ha muerto hoy, está jugando al futebol, "Para lá, para cá", más allá, en su salto mortal y vital, más allá, hacia el más acá, de todos los que queremos y sabemos que juega para siempre.