Elie Grappe dirige una historia de superación, gimnasia olímpica y exilio que convierte el Euromaidán de Ucrania de 2013 en el prólogo de tiempos peores.
Por Ricardo Rosado
Para Fotogramas
Elie Grappe se estrena en el largometraje con un relato que logra ser tan frío como personal, un reflejo de su dura pero vulnerable protagonista que, en los albores del mortal saldo que supuso el Euromaidán en Ucrania en 2013, es enviada a Suiza para que continúe su vida como gimnasta lejos del peligro y, también, de su madre y amigas. Anastasiia Budiashkina, profesional de las barras que vivió una historia similar, es la heroína que dedica su vida y sufrimiento al deporte hasta que descubre que, lejos de los suyos, deja de tener sentido. Aquel levantamiento ciudadano europeísta, que terminó costando más de 80 vidas, es el contexto de esta sencilla pero afilada crónica sobre los horrores del exilio, por mucho que se presente en forma de gratificante carrera deportiva.
En un macabro giro del destino, esta película estrenada en Cannes en julio de 2021, se ha transformado en un tenebroso prólogo de lo que estaba por venir, una lúcida reflexión sobre la cicatrización de la herida que nos mostró 'Winter on Fire' (E. Afineevsky, 2015) y que ahora parece un simple rasguño.
Para los que duden de la obligada unión entre política y todo lo demás.