Se trata de un grupo compuesto por 400 mercenarios que responden en forma directa a Vladimir Putin.
Más de 400 mercenarios rusos del grupo paramilitar Wagner ingresaron a la capital de Ucrania con la misión de asesinar al presidente Volodimir Zelensky y otros miembros destacados de su gobierno.
Así lo informó la edición de hoy del influyente diario británico The Times, que detalla que los milicianos regresaron hace cinco semanas de una misión a África con la promesa de una abundante recompensa.
Según informó en su momento la agencia estatal de noticias TASS, Dmitri Utkin es quien está a cargo de las operaciones de Wagner. Poco se sabe de este hombre de unos cincuenta años que, según se dice, procede de la inteligencia militar.
En diciembre de 2016, fue recibido en el Kremlin para una ceremonia en honor a los “héroes” de Siria. Incluso se fotografió con el presidente Vladimir Putin.
Entrenados para matar, los mercenarios rusos, que han estado operando durante años en zonas de conflicto de todo el mundo sin reglas ni reconocimiento oficial, ahora se esconden en las calles de la capital ucraniana camuflados para abatir al considerado enemigo número uno de Moscú.
Según The Times, se trata de una operación preparada desde antes de la invasión, cuando Vladimir Putin, acumulaba decenas de miles de tropas en la frontera y negaba que pensara atacar a Ucrania.
Los servicios de inteligencia en Kiev se habrían enterado de la amenaza el sábado, poco antes de que la alcaldía de la ciudad anunciara un toque de queda total durante 36 horas, una decisión que podría estar relacionada con esa cuestión.
“Cualquiera que se encuentre en la calle será tratado como un enemigo”, había advertido el alcalde Vitalij Klitschko.