Para coleccionistas de debuts con estilo y recomendaciones irrefutables.
Por Ricardo Rosado
Para Fotogramas
Desde su irrupción como el protagonista de Good Bye, Lenin! (W. Becker, 2003), Daniel Brühl ha logrado afianzarse en el mercado europeo mientras conquistaba el norteamericano con impecables trabajos junto a tótems como Quentin Tarantino o Ron Howard. Por el camino, además de robar planos a los héroes de Marvel titulares de Falcon y el Soldado de Invierno, ha aprendido a moverse tras las cámaras y lo ha demostrado en La puerta de al lado, una sencilla producción en la que encarna a un actor afincado en Berlín que, antes de dar el salto internacional, se enfrenta en un bar al más inesperado pero entregado adversario: un vecino.
Asqueado por la gentrificación, y personalmente molesto con su colindante estrella por el retrato de los agentes de la Stasi en la película que le hizo famoso, el personaje de Peter Kurth es el acicate de Brühl en el ácido guion de Daniel Kehlmann, admirablemente exprimido por el debutante director que aprovecha el drama y humor negro acercando esta deconstruida Birdman a un thriller que aporta incluso más de lo que (quizá) hacía falta.