Estaban dentro de un almacén de contenedores en una ciudad cercana a la frontera con Bélgica.
La policía holandesa dio a conocer el descubrimiento de una prisión clandestina con cámaras de tortura insonorizadas para sofocar los gritos de los prisioneros.
La operación descubrió siete contenedores convertidos en celdas de prisión y cámaras de tortura durante una redada en un almacén en Wouwse Plantage, un pueblo cerca de la frontera sur con Bélgica, el 22 de junio.
El video publicado por la policía mostró a oficiales fuertemente armados abriendo una puerta en el almacén, y luego abriendo los contenedores uno por uno.
"Seis de los contenedores estaban destinados a ser celdas en las que se podía atar a las personas y un contenedor era una cámara de tortura", dijo Andy Kraag, jefe del Servicio de Investigación Nacional de la policía.
Dentro de los contenedores había posibles dispositivos de tortura, incluidos cortadores de setos, escalpelos y alicates, dijeron las autoridades.
También había esposas unidas a los techos y pisos de las celdas, que se podían monitorear de forma remota en un video.
La policía dijo que habían sido avisados a las cámaras secretas por mensajes en la aplicación encriptada EncroChat que contenía fotos de la silla de un dentista con cinturones unidos a los soportes para brazos y pies.
Los mensajes se referían al almacén como "sala de tratamiento" y "ebi", una prisión holandesa de alta seguridad, dijeron las autoridades.