La Fusión derrotó al Fortín por 108-99 tras tres tiempos suplementarios y celebró el título en el Templo del Rock.
Quimsa venció a Vélez en la final por 108-99 luego de tres tiempos suplementarios y logró por segunda vez en su historia consagrarse campeón de la Liga Nacional Femenina de Básquet.
EL PARTIDO
Quimsa dio el primer golpe en el partido. A través de Boquete y sus triples, la Fusión creó una racha anotadora importante que permitió un despegue inicial de las santiagueñas. A Vélez le costó, no tuvo efectividad en el tiro de tres puntos (arrancó con 0/7 que lo condicionó) y en los uno contra uno perdió más de lo que ganó.
Todo esto llevó a que Quimsa, más encendido desde la efectividad y con sus individualidades, estampe una primera ventaja de 9-5 en los primeros minutos. Esa brecha se siguió ampliando ante un Vélez más desordenado, y así fue como las chicas dirigidas por Pedemonte tomaron una renta de +8 (17-9) muy cerquita del final del primer episodio. Un doble de Alcántara descontó en el final, pero a las claras Quimsa marcó el camino con ese 17-11 a su favor tras el segmento inicial.
El aporte de Alé fue determinante para que Vélez consiga una reacción en el arranque del segundo cuarto. Con su mano y los puntos siempre presentes de Santana, Vélez fue mucho más combativo desde lo físico y trató de equiparar la historia. Por momentos lo consiguió llegando a ponerse abajo por tres (21-18), sin embargo Quimsa nunca dejó que esa reacción fuese completa.
La realidad es que las santiagueñas siempre tuvieron una respuesta a esa reacción velezana. Ya sea con Boquete, Fiorotto, Mungo o Delabarba, las de Pedemonte resolvieron el momento rival con acciones claves, volvieron a despegarse en el marcador y llegaron al descanso con el juego situado en un 33-27 a su favor.
En el reinicio de las acciones, Vélez siguió buscando el vuelco del partido con su intensidad, trató de correr la cancha y castigar de contragolpe. Más allá de que por momentos no fue muy claro en su juego, la realidad es que las chicas de Gusso pudieron equiparar la balanza con el juego interno. Vélez se puso a solo dos (37-35) restando poco más de cinco minutos, y se adueñó de ese pasaje positivo tejiendo una incógnita de cara al resto de la noche.
La diferencia estuvo en Boquete. Más allá de que Quimsa tuvo y tiene individualidades, la realidad es que el aporte de la alera mendocina fue el punto de inflexión del partido. Su capacidad anotadora, más allá de su eficacia y su perfil de liderazgo siempre latente, Boquete brilló con una descollante tarea en el tercer periodo para marcar el ritmo de la noche. Es cierto que Fiorotto (otra pieza importantísima) fue clave en los rebotes, pero ese trabajo se vio remarcado gracias al jugo que le sacó Quimsa a su favor a través de las manos de Andrea.
Vélez combatió contra ese momento de Boquete y Quimsa, pero no fue sencillo y las santiagueñas terminaron de consolidar su ventaja en el ocaso del parcial. Alé fue de las mejores exponentes del elenco de Liniers en ese periodo, pero aún así la Fusión le bajó el telón al tercer cuarto con ventaja de nueve unidades: 56-47.
Quimsa siguió sosteniendo la delantera del marcador en el arranque del último cuarto, esto teniendo en cuenta que Vélez, con mucho a través de Alé, estuvo siempre al acecho. Delabarba, Mungo y Adams, además de Boquete, le dieron aire a las de Pedemonte en un pasaje que podía ser de quiebre para el partido. Pero alentado con el calor de su público, Vélez demostró tener más vida, sin bajar nunca los brazos y brindando pelea.
Y fue así, como de tanto luchar y luchar, Vélez encontró su mejor versión sobre el tramo final del encuentro. Apostó al juego interior, a fajarse en la pintura para sacar ventajas, en la línea castigar con Alé pero también con el gigantesco partido de Santana, que fue dueña de la reacción en ese constante aporte tan intenso como revitalizante para Vélez.
A través de su coraje y con muchísima intensidad, las capitalinas fueron dándole otro enfoque a la historia, remontando y hasta pasando a ganarlo por 68-66 a tan solo 30 segundos del cierre. Quimsa respondió y empardó el encuentro en 68, y con el cierre abierto no se decidió al ganador en el tiempo regular y la batalla entró a suplementario.
La prórroga se hizo intensa y se mantuvo muy pareja. Y eso llevó a que ambos equipos no se puedan sacar diferencias, terminando nuevamente igualadas en 75 el primer suplementario y posteriormente en 87. Ante una rotación que se le quedó corta, Gusso apostó por el ingreso de Malena Sosa (sin haber ingresado en el partido hasta ese entonces) y la MVP de la LDDF respondió con un triple para obligar el tercer tiempo extra.
Pero Quimsa encontró una grieta ante un Vélez más diezmado, de la mano de Adams y con puntos determinantes para guiar a las santiagueñas, a lo que terminó siendo un quiebre. Finalmente, la Fusión se llevó el campeonato por 108 a 99.
Fuente: Prensa AdC