La hermosa y joven morocha es la nueva secretaria del conductor de Nosotros a la mañana. Feliz con su debut en televisión, confiesa no tener cirugías sino que hace actividad física para estar en forma.
Tras confirmar que se encontraba en la dulce espera, Lucía Rubio se bajó de su participación en el programa Nosotros a la mañana, y ese lugar vacante lo asumió Abril Fuentes, una joven de 19 años que hoy hace de secretaria de Fabián Doman. Con su perfil fresco e inocente, pero demostrando personalidad, la morocha destaca: “Sinceramente, al principio tenía miedo y muchas expectativas sobre cómo es trabajar en este medio por lo que todo el mundo habla. Pero debo destacar que, desde el primer día, tanto Fabián como los integrantes del panel, los productores y todas las personas que trabajan me recibieron de la mejor manera. Me hicieron sentir una más entre todos ellos. En ningún momento siento que estoy pagando derecho de piso. La verdad es que no hicieron diferencias conmigo por el hecho de que sea una amateur en el medio”.
Nuevita en el ambiente, y aclarando que su belleza es natural porque no tiene cirugías, destaca que “me costó decidir qué estudiar. Fui a un colegio muy exigente donde nos fomentaban que las mejores carreras eran empresariales. Lo cual muy dentro de mí no lo compartía, porque desde chica soñaba con actuar, cantar, bailar y dedicarme a las artes. Siempre quise estar en la tele. Y sabía que lo que me apasionaba eran los medios. Un 80 por ciento de la sociedad estudia las carreras típicas pensando que esas son más prestigiosas que las demás. Pero pienso que eso es erróneo porque cualquier carrera o vocación que elijas lleva su sacrificio. Por eso elegí estudiar periodismo, porque quiero mostrar que no sólo un buen cuerpo y una buena cara puede estar en televisión, sino, también una buena cabeza. Hoy en día buscan caras y cuerpos lindos, pero poco cerebro. Sería ideal que lo estético y lo intelectual se complementen”.
–¿Cómo vivís esta reciente irrupción en los medios?
–Y la verdad es que no creo que esto haya sido una irrupción en los medios, sino un primer paso para el comienzo de mi camino, ya que aún me queda mucho por aprender.
–¿Sentiste presión al entrar en lugar de otra chica?
–Al principio sentí una presión muy grande, que aún sigo sintiendo, porque con Lucía somos el agua y el aceite. Arrancando por el hecho de que ella es rubia y yo morocha; y que yo soy la nena mientras que ella va a ser mamá. No es para nada fácil ocupar el lugar que ya era de alguien que estaba posicionada en el programa. Hay muchas expectativas por parte del público, de las personas del programa, si sos mejor o peor… Pero la verdad es que yo quiero ganarme mi lugar siendo como soy. Con mi propia personalidad, sin tener que copiar ni imitar.
–¿Significó un gran cambio en tu vida?
–Uf, sí que requiere. Antes me decían “morsa” por todo lo que dormía, y ahora con suerte duermo seis horas. Todos mis hábitos no los cambié por estar en tele. En cuanto a la alimentación y ejercicios, trato de comer sano cuando puedo y complementarlo con mucha actividad física. Siempre me gustó maquillarme y arreglarme. Volvía del colegio y me encerraba en el baño a practicar con videos de YouTube.
–¿Tenés novio?
–Esta no la contesto porque la verdad que me peleo y me arreglo, me arreglo y me peleo. Y no quiero nombrarlo.
–¿Esas peleas se dan desde que estás en los medios?
–No, desde siempre. Hace rato que vamos y venimos.
–¿Cómo es Doman como jefe?
–¡Es un señor! Desde el primer día que me recibió en el canal me trató con muchísimo respeto, me hizo sentir cómoda y lo sigue haciendo hasta el día de hoy. Es muy caballero. Si bien es estricto y exigente, me gusta su forma de ser porque comparto la idea de la seriedad trabajando.
–¿Le darías posibilidad a un romance con alguien de su edad?
–Nunca se me hubiese cruzado por la cabeza algo así. Tengo padres muy jóvenes y no existiría posibilidad alguna.
–Por la carrera de tu papá viviste mucho fuera de Argentina.
–Nos estuvimos moviendo mucho de países, nos cambiamos de casas, me cambié siete veces de colegio y por eso hablo inglés y francés.