La rubia aseguró que por un incumplimiento del conductor del Bailando se quedó sin trabajo. "Cambiaron todo y no respetaron lo hablado", aseguró Luli, que no dudó en manifestar su descontento "porque tengo una hija para darle de comer".
Hace unos meses, su nombre sonó en cada rincón de los medios masivos de comunicación. Luciana Salazar (37) se había convertido en madre tras apelar a una subrogación de vientre y recibir en sus brazos a Matilda, quien nació en Estados Unidos, y hoy, lejos de su mamá biológica, es la responsable absoluta de la felicidad plena que envuelve a la modelo y conductora. No es para menos. Tras una relación extensa pero bamboleante con Martín Redrado, la rubia tomó la decisión de generar un vínculo de los denominados monoparentales, pues asumió el compromiso de criar a su hija de manera individual, es decir sin un hombre a su lado que la apuntale.
Valiente determinación de Luli, desafiando los comentarios que la acusaban de querer evitar un embarazo para no perjudicar físicamente su figura y también de ocultar la identidad del verdadero donante de esperma, que para muchos fue el propio economista. “Martín tiene una excelente relación con la beba. La viene a ver muy seguido”, admitió Luciana, que de todas formas prefiere pensar exclusivamente en el crecimiento de Matilda y no involucrarse tanto en temas tan privados y sensibles. “Me dedico plenamente a ella. No tengo niñera. Tengo una empleada que hace 15 años trabaja en mi casa y es como mi segunda mamá. Ella también la cuida. Y tengo a mi mamá, que también me da una mano grande”.
En declaraciones a Agarrate Catalina, por AM 1110, Luciana también expresó su descontento por el maltrato que, según ella, recibió en las redes sociales luego de la subrogación: “Me criticaron mucho. A Marley también, pero fueron menos crudos. Conmigo fueron más crudos porque soy mujer, eso está claro”. Igualmente, más allá de la alegría que le provocó y de la carga horaria que –afirma– le demanda su atención a la pequeña, Luciana no pierde de vista el terreno laboral, un aspecto en el que se siente defraudada por varias personas, fundamentalmente por Marcelo Tinelli. “Estoy dolida con él. Me llamaron de Kuarzo, que es una productora muy importante, para ofrecerme hacer un programa propio. Iba a conducir, algo que estaba buscando, porque es algo para lo que me preparé con tanto esfuerzo”, contó Luciana. ¿Qué tiene que ver Tinelli en esto?
Lo explica la propia Luli: “Al poco tiempo me habló Fede Hoppe (productor de Showmatch), que es un amigo y que lo adoro. Ellos, en nombre de Marcelo, me dijeron de sumarme al programa que va a tener Polino, y yo les dije que para panelista no estaba. Entonces se habló de conducir una parte del programa, como un especial. Me pidieron que los esperara. Que no firmara lo otro, pero después cambiaron toda la artística del programa de Polino y no se respetó lo que habíamos hablado. Entonces me quedé sin una cosa y sin la otra”. Para decirlo en criollo: sin el pan y sin la torta.