Sebastián Romero, militante de de izquierda, utilizó su Facebook desde la clandestinidad para denunciar “persecución política” y “amenazas”.
A tres meses de volverse un personaje público por un hecho olvidable, disparar un arma casera durante las protestas contra la Reforma Previsional, Sebastián Romero -llamado en las redes sociales “Hombre Mortero”- emitió un comunicado en su perfil de Facebook en el que se definió como “perseguido político” y llamó a perpetrar un golpe de Estado contra el Gobierno de Mauricio Macri.
El militante y ex precandidato a diputado nacional del Partido Socialista de los Trabajadores Unificados (PSTU) está imputado por intimidación pública, daños y resistencia a la autoridad. Se encuentra prófugo de la Justicia.
El juez federal Sergio Torres pidió la captura internacional de Romero a principios de marzo. Su defensa, intentó durante las últimas semanas evitar la encarcelación, pero el pedido fue negado por los jueces Gustavo Hornos y Ana María Figueroa de la Sala I de la Cámara de Casación.
“Mi nombre es Sebastián Romero y soy un perseguido político del gobierno de Macri. Soy un obrero como tantos otros, pero hace más de tres meses que no veo a mi familia, mis amigos, a mis compañeros de la fabrica ni a mis vecinos. Estoy siendo perseguido como si fuera un terrorista porque fui parte de los miles que el 18 de diciembre resistimos en las calles contra el robo que estaban haciéndole a los jubilados en el Congreso. A pesar de que votaron la Previsional, ese día le paramos la mano a la Reforma Laboral y eso no lo perdonan”.
“Hace pocos días los jueves Gustavo Hornos y Ana María Figueroa de la Sala I de la Cámara de Casación me negaron una nueva apelación para no ser encarcelado, tal como viene haciendo el juez Torres y la Sala II de la Cámara Criminal y Correccional. El gobierno me quiere preso para meterle miedo a todos los que están luchando. Les pido a todos que compartan y difundan esta carta todo lo que puedan”.
“Como parte de la persecución me despidieron de mi trabajo en la General Motors, donde también fui delegado. Ahí mismo mis compañeros de trabajo siguen la pelea para sacar a los delegados traidores que avalan despidos. ¡Mucha fuerza compañeros, se puede ganar!”
“Para meterme miedo y que me rinda me amenazan a mí y agreden a mi familia, amigos y a mi partido, el PSTU. Hasta prendieron fuego el auto de uno de mis abogados, Martin Alderete. Pero de eso la justicia no dice nada”.
“¿Qué autoridad puede tener un gobierno que tiene procesado a su propio presidente por esconder dinero al estado, un gobierno que mato por la espalda a Rafael Nahuel, Facundo y tantos otros pibes pobres, que esconde que Gendarmería asesino a Santiago Maldonado, que mantiene presos sin causa a los compañeros detenidos el 14 de diciembre, a Milagro Sala por ocupar una plaza y que extradita a Jones Huala como “terrorista”? ¿Cómo puede ser que mientras piden captura internacional para (como me apodaron en algunos medios) “el loco del mortero” como si fuera del ISIS están liberando a los militares genocidas de la última dictadura? Se tiene que terminar esta persecución contra mí y contra Arakaki y Dimas Ponce, que también los quieren encanar”.