La investigación se centra en las casas de los principales acusados. Aún no aparecieron las pruebas que se habían "perdido".
El próximo 6 de julio se cumplen dos meses sin rastro de Daiana Garnica, la adolescente que salió de su casa para acompañar a comprar a su vecino y jamás regresó. Pistas “se perdieron” entre tantas idas y vueltas de la investigación. Ahora la buscan en pozos ciegos de las casas de los principales acusados, encabezando la lista el santiagueño Darío Suarez.
Pese a que los policías ya habían estado en varias ocasiones en las casas de Darío Suárez y Fabián “Sapo” Pacheco -ambos acusados por la desaparición de Daiana Garnica-, ayer los efectivos de la Federal volvieron a ingresar para revisar los pozos ciegos de ambos lugares. Al cierre de esta edición, todavía continuaba la medida.
“El operativo fue pedido por esta querella. Me di cuenta de que ninguno de los dos tiene red de cañerías, y que no se habían revisado esos pozos”, comentó el abogado Sergio Pérez, quien representa al padre de Daiana, Ramón.
Como el fiscal natural de la causa Claudio Bonari había desplazado a la policía provincial del caso tras el extravío de una prueba, su colega Diego López Ávila -quien subroga la fiscalía que investiga el hecho- envió ayer a los federales al asentamiento Julio Abraham, pero también a la cortada en la que trabajan Suárez -el principal acusado- y Pacheco. Allí también encontraron un pozo ciego cercano que, según informaron fuentes del caso, no habría sido revisado. Se estima que los resultados de la medida estarán en Tribunales hoy a primera hora.
En cuanto a los rumores que se habían esparcido sobre una presunta renuncia de Bonari a la causa, López Ávila informó que el fiscal de la causa sólo se encuentra de licencia y que seguirá al frente de la investigación en cuanto regrese. Esto también fue confirmado al diario local La Gaceta por Bonari.
La decisión de la fiscalía fue no detener la marcha de la causa aunque no estuviera el principal investigador. Por eso, en los últimos días se repitió la rutina de abrir todos los sobres con pruebas, medida que se ordenó cuando se extravió un elemento que podría ser un fragmento óseo. “No hubo novedades al respecto”, indicó el otro querellante, Álvaro Zelarayán, quien representa a la madre de la adolescente, Susana Cisneros.
Lo que sí fue una novedad es que, por primera vez desde que comenzó la causa, no estará bajo secreto de sumario, pese a que Bonari había insistido con el hermetismo ante el Juzgado de Instrucción. Esto permitirá a las partes acceder a las actuaciones y tener copias de los expedientes, algo que había exigido especialmente -con fuertes criticas hacia el fiscal- la abogada Julieta Jorrat, quien representa al principal acusado y a cuatro hermanos suyos que se encuentran con prisión preventiva. En total, la causa tiene a 12 personas tras las rejas.