Antes de ganar el Bailando 2016 y estar en una obra taquillera en Villa Carlos Paz, Flor Vigna pasó por momentos muy duros.
Flor Vigna vive un presente inmejorable: está realizando su primera temporada teatral, fue consagrada como la "Chica del Verano 2017" y ganó el Bailando 2016 junto a Pedro Alfonso. Pero antes de su aparición en Combate que derivó en todo lo que pasa ahora, su vida no fue nada fácil.
"Los primeros dos años de mi vida no teníamos casa y dormíamos en el negocio familiar. Mis viejos tenían una especie de kiosco, pero en realidad vendían todo lo que les hacía falta a los vecinos. Me acuerdo que había una pila de pañales, de esos que vienen en bolsas de un metro y medio, y jugábamos a la lucha con mi hermano Migue ahí. La pasábamos genial, no es que tengo un mal recuerdo. Eso sí: mis papás laburaban hasta en Navidad y Año Nuevo. Hubo mucho esfuerzo de parte de ellos. Eran dos chicos que no tenían nada pero que igual siempre nos dieron todo", manifestó en declaraciones a un matutino.
Su preparación en la Fundación de Julio Bocca también conllevó esfuerzos: "A los 17, ingresé a la Fundación de Julio Bocca, pero con una beca. Me hacían atender el teléfono o cambiar el papel higiénico del baño. Era la manera en la que, sin pagar, podíamos ayudar a la academia. A mí no me molestaba, todo lo contrario".
Sus primeros castings no fueron nada exitosos: "No quedaba y llegaba a casa como frustrada. A veces pensaba que ya no había lugar para la gente nueva, pero después me di cuenta de que sí".