Casi 900 jóvenes participaban de una fiesta no autorizada en una casa particular de calle Sáenz Peña. Vecinos dieron aviso a la policía que verificó que la fiesta no tenía ningún tipo de autorización, se demoraron a decenas de jóvenes y se secuestraron vehículos.
Un gran despliegue policial se desarrolló anoche en una vivienda particular ubicada en la calle Sáenz Peña y Cassafousth, donde se desarrollaba una fiesta clandestina en la que se encontraban al menos cien personas ingiriendo bebidas alcohólicas y provocando ruidos molestos.
Tras las denuncias de varios vecinos, acudieron al lugar numerosos efectivos de la División de Prevención y Protección contra el Alcoholismo, así como del Escuadrón Táctico Motorizado, de la Comisaría 4ª y de la Departamental Centro, quien constataron que en dicho domicilio se desarrollaba una fiesta que carecía autorización municipal y policial.
Al llegar la Policía, numerosas personas intentaron retirarse del lugar en sus motovehículos para evitar el operativo de control, aunque finalmente fueron demorados hasta que se verificara la documentación de los rodados, así como el estado etílico de los conductores.
Al menos una decena de motos fue secuestrada por encontrarse en infracción sus propietarios. l