El primer ministro Luis Montenegro anunció medidas para mejorar la competitividad del mercado de trabajo y aumentar la productividad; los sindicatos rechazaron la nueva legislación.
La Confederación General de los Trabajadores Portugueses (CGTP) convocó a una marcha contra la reforma laboral que presentó el gobierno conservador de Luis Montenegro. Bajo el nombre de “Trabajo XXI”, la propuesta se centra en mejorar la competitividad del mercado de trabajo y aumentar la productividad y posee similitudes respecto al documento que envió el presidente Javier Milei al Congreso argentino.
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Según informaron los sindicatos, más de tres millones de personas participaron en la masiva huelga. Tiago Oliveira, secretario de la organización, aseguró desde el aeropuerto de Lisboa que la jornada es una “señal inequívoca de la exigencia de mejores salarios y más derechos”, así como un “éxito” y “una verdadera respuesta de los trabajadores a la agresión del Gobierno hacia el sector de los trabajadores”.
El secretario general de la CGTP sostuvo que la adhesión de los trabajadores de varios aeropuertos a la movilización alcanzó el 90%, cifras “históricas”, como las que se vieron en el sector privado. “Basta mirar para Lisboa, es una ciudad por completo desierta”, aseguró.
Se trata de la primera huelga general en 12 años, después de la que ambas organizaciones de trabajadores convocaran en 2013 cuando el país se encontraba intervenido por la “troika” europea, en medio de un rescate financiero marcado por las duras medidas de austeridad y una fuerte resistencia de la población.
A principios de noviembre, miles de personas ya habían salido a las calles de Lisboa para manifestarse en contra de la reforma laboral que planteó Montenegro, ya que la consideran un retroceso en los derechos de los trabajadores ante cambios que contemplan, entre otros, el aumento de los sectores cubiertos por servicios mínimos en caso de huelga o la compra de días de vacaciones a cambio de una reducción de salario.
En esa misma marcha, la CGTP llamó a una movilización masiva para este 11 de diciembre. “Una huelga general contra el paquete laboral y las políticas al servicio del capital, por una dirección diferente para el país en la que el trabajo y los trabajadores estén en el centro de una política de desarrollo y progreso, por la defensa y el fortalecimiento de los servicios públicos y las funciones sociales del Estado”, indicó.
La propuesta de Montenegro apuesta a que el sector laboral tenga mejores condiciones de competitividad de mercado y suba los niveles de productividad. “Estamos abriendo, en Portugal, la posibilidad de contar con una legislación laboral aún más favorable al trabajo, a la calidad del empleo y a la competitividad de la economía”, declaró Montenegro.
La reforma cuenta con 100 medidas e incluye, entre las más importantes, la flexibilización de la negociación colectiva, la eliminación de los permisos a las madres que sufran abortos espontáneos, la subcontratación tras despidos colectivos, la compra de días de vacaciones o el aumento de los sectores bajo servicios mínimos.
El Gobierno portugués sostiene que las reformas previstas tienen como objetivo flexibilizar aún más el mercado laboral. “La huelga es política y motiva a quienes jamás llegaron a un acuerdo y no quieren un acuerdo”, protestó esta semana Montenegro en la Asamblea Nacional.
Sin embargo, los sindicatos calificaron la reforma de “ataque concertado contra una amplia gama de derechos” que representaría un “enorme retroceso” para los trabajadores. “Es una respuesta incondicional a las demandas del capital, algo que los empresarios aplauden”, advirtió.