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Opinión y Actualidad

La escalerita de la inflación, una mancha en los pulmones del Gobierno

El Indice de Precios viene creciendo lentamente desde mayo, cuando marcó 1,5%.

Hoy 05:01

Por Ignacio Miri, en diario Clarín
Las planillas del INDEC mostraron el jueves una manchita en los pulmones del Gobierno: la baja de la inflación es el principal proveedor de oxígeno político para la gestión de Javier Milei y la radiografía de la estadística indica que los precios en noviembre aumentaron más de lo que habían subido en octubre. El problema es que esa misma mancha había aparecido en los estudios del mes pasado, en el anterior y también en el anterior. Para decirlo rápido, desde mayo, cuando la inflación fue de 1,5%, el ritmo de crecimiento de los precios se fue acelerando lentamente en una escalerita que, por ahora, llegó al 2,5%.

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El cambio de clima, por supuesto, llegó con la relajación del cepo cambiario. Desde abril, cuando el Gobierno tomó esa medida, el precio del dólar comenzó a crecer, y aún así, los argentinos demuestran mes a mes que consideran que sigue siendo una compra barata y por eso siguen comprando como campeones, para usar la terminología del ministro de Economía, Luis Caputo.

Eso tiene consecuencias para la economía: los dólares que se compran no se usan para comprar en el supermercado, en el shopping o en la casa de electrodomésticos. Los dólares, según lo que se ve hoy, se guardan en cajas de seguridad o se gastan en viajes en el exterior. Mientras los argentinos sigan comprando dólares a este ritmo, la recuperación económica no sucederá.

Los gráficos que difundió el INDEC dejaron bastante claro que la desinflación que anunció el Presidente irá más lento de lo que él pensaba, y que incluso puede acercarse al ritmo que tuvieron otras estabilizaciones.

Para decirlo de otro modo, esa lentitud se convierte en motivo de celebración si se la compara con las inflaciones catastróficas de los años anteriores.

En cifras, la inflación de 2025, que quedará en alrededor del 30%, será la más baja desde 2017. Eso es lo que premió el electorado en octubre, y por eso es destacable la mancha en la radiografía que detectó el INDEC.

Algo parecido puede ocurrir con la Reforma Laboral que, a los tropezones, anunció el Gobierno. Aún no es posible determinar qué forma definitiva tendrá el proyecto cuando salga del Senado, porque siempre hay recortes y tachaduras, pero sí se sabe que luego de pasar por Diputados la norma quedará bajo el escrutinio de los jueces laborales, un fuero en el que el oficialismo tiene menos llegada incluso que en el resto del paisaje judicial, que para Javier Milei siempre fue algo parecido a un desierto.

De todas maneras, tal como reconoció uno de los principales asesores de la reforma, Julián de Diego, una reforma en la legislación laboral no es un cambio en la forma en que se vinculan los trabajadores y las empresas en la realidad. Para que cambie la situación del mercado laboral argentino lo que hace falta es una reactivación económica. Un empresario no va a contratar personal porque el Congreso cambie la legislación: lo va a contratar si esa vinculación le resulta necesaria para que su empresa gane más dinero en el corto o en el largo plazo. Y para que eso ocurra, el empresario tiene que tener la perspectiva de que sus ventas van a mejorar. Es el secreto peor guardado del capitalismo: nadie puede alegar desconocimiento en este caso.