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Crisis en el transporte público chaqueño: el boleto se iría a $2.900

La tarifa en la ciudad de Resistencia subirá un 50 por ciento. La próxima semana se realizarán las dos audiencias públicas para determinar el valor del pasaje de colectivo que se estima comenzará a regir desde el primer día del próximo año.

Hoy 05:43

Actualmente, según informa Diario Norte de Chaco, la tarifa se compone de la parte que abona el usuario y los subsidios que destina el gobierno provincial.

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Con los estudios técnicos sobre la mesa acerca del cálculo de lo que vale la prestación del servicio la inquietud pasa por cuánto tendrán que abonar quienes utilicen los micros una vez que estén fijos los nuevos valores.

Lo concreto es que la tarifa técnica, que pasará de los $1913 actuales a un valor que ronda entre $2900 y $2932 por viaje. Hoy, el usuario abona $1300, mientras que los $613 restantes corresponden a subsidios.

En cuanto a los posibles escenarios que afrontará el usuario una vez actualizada la tarifa técnica a $2932, el impacto final dependerá del nivel de subsidios que se aplique. Si el Estado mantuviera el esquema actual de aporte fijo, equivalente a $613 por viaje, el pasajero pasaría a pagar $2319, lo que representaría un fuerte incremento respecto de los $1300 actuales.

En un segundo escenario, si el gobierno optara por sostener el mismo porcentaje de subsidio que hoy —aproximadamente un 32% del costo total del pasaje— entonces cubriría unos $938 por viaje y el usuario debería afrontar un valor cercano a los $1994. Un tercer escenario contempla la posibilidad de que el subsidio se eleve a un 40% del costo total, lo que implicaría una cobertura estatal de $1172 y dejaría el valor final para el usuario en torno a los $1760 por cada viaje.

En síntesis, el Estado buscará el menor impacto posible, pero es cierto que no abundan recursos como para destinar más al transporte.

Menos pasajeros
En el medio se da un escenario de caída de pasajeros que tiene una relación directa para las nuevas tarifas afirman los concesionarios. Así, marcan que el costo total del kilómetro, se ajusta restando los ingresos del sistema y dividiéndolo por el Índice de Pasajeros por Kilómetro (IPK), un parámetro que funciona como divisor.

El IPK cayó drásticamente en los últimos años: pasó de 2,2 pasajeros por kilómetro en 2023 a 1,7 en 2024 y hoy ronda apenas 1,2. Cuanto más bajo es ese divisor, más alta resulta la tarifa técnica, porque el costo operativo se distribuye entre una menor cantidad de pasajeros transportados. Para las empresas, esa caída de demanda es la variable que más incide en la presión sobre los valores finales.

Para las audiencias públicas del 10 de diciembre en Resistencia y 12 de diciembre en Fontana, las compañías remarcan que los números presentados se basan en estadísticas oficiales de SUBE, balances auditados y documentación respaldatoria, al tiempo que insisten en que el sistema presenta un déficit estructural que ya no puede ser absorbido por ellas.

En paralelo, continúa la negociación con la UTA, que anticipó que no aceptará medidas unilaterales y reclama garantías sobre salarios y continuidad laboral. Las empresas admiten que, sin un acuerdo integral, será difícil sostener la operatoria, prorrogar compromisos o incluso evitar reducciones de personal.