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Dislexia: un trastorno del aprendizaje que afecta a millones y requiere intervención temprana

Aunque la dislexia no está relacionada con la inteligencia, sus efectos en el rendimiento escolar y la autoestima de quienes la padecen son significativos.

09/10/2025

Aunque la dislexia no está relacionada con la inteligencia, sus efectos en el rendimiento escolar y la autoestima de quienes la padecen son significativos. Un diagnóstico temprano y apoyo adecuado son clave para mejorar su calidad de vida.

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La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta principalmente la capacidad de leer y escribir con fluidez. Aunque las personas con dislexia no tienen problemas cognitivos, suelen tener dificultades para decodificar palabras y comprender textos, lo que puede impactar negativamente en su rendimiento escolar y en su autoestima.

El profesor Bruce Pennington de la Universidad de Denver explica que la dislexia es de origen neurobiológico y tiene una base genética importante, lo que significa que muchas veces existe una predisposición hereditaria en quienes la padecen. Además, es importante destacar que la dislexia no está relacionada con la inteligencia general, ya que los niños disléxicos poseen una inteligencia normal.

La dislexia afecta áreas del cerebro encargadas de procesar el lenguaje y se presenta en aproximadamente 1 de cada 10 niños. Este trastorno no está relacionado con desventajas físicas, psíquicas o socioculturales y su origen parece derivar de una alteración en el neurodesarrollo. A pesar de las dificultades que enfrentan, la mayoría de los niños con dislexia pueden tener éxito en la escuela, especialmente si reciben apoyo especializado.

Uno de los principales retos para quienes padecen dislexia es la falta de identificación temprana y la ausencia de intervenciones adecuadas. Según la Dra. Julie Lindstrom, especialista noruega en dislexia, un diagnóstico temprano es fundamental para ofrecer las estrategias de apoyo correctas. Estas incluyen programas de enseñanza especializados que se enfocan en el desarrollo de habilidades fonéticas, como la relación entre letras y sonidos (grafemas y fonemas).

Además de los aspectos académicos, la dislexia tiene un impacto emocional significativo. Un estudio publicado en el Journal of Learning Disabilities revela que los niños con dislexia enfrentan altos niveles de ansiedad y baja autoestima, ya que sus dificultades en la lectura y escritura pueden influir en su confianza y bienestar emocional. Por ello, el apoyo emocional es esencial, y tanto los sistemas educativos como las familias deben crear un ambiente positivo que ayude a mitigar estos efectos.

Según el World Population Review, entre un 5% y un 10% de la población mundial tiene algún grado de dislexia, lo que representa aproximadamente 700 millones de personas que enfrentan dificultades con la lectura y escritura. En Argentina, las estadísticas indican que alrededor del 10% de los estudiantes tiene dislexia, lo que resalta la necesidad de implementar políticas educativas inclusivas que aborden sus necesidades.

Los programas basados en fonética han demostrado ser efectivos para mejorar las habilidades de lectura y escritura en los niños con dislexia. Estos enfoques requieren enseñanza explícita y personalizada, ya que los niños deben aprender las relaciones entre sonidos y letras de manera intensiva y adaptada a sus necesidades. La intervención debe ser constante y brindar apoyo para garantizar el éxito académico de los estudiantes disléxicos.

La dislexia no debe verse solo como un obstáculo académico, sino también como una condición que necesita atención tanto en el ámbito educativo como emocional. Un diagnóstico temprano, acompañado de intervenciones adecuadas y un entorno de apoyo, puede marcar una gran diferencia en la vida de los niños afectados, ayudándolos a superar las barreras que enfrentan en su proceso de aprendizaje y mejorando su bienestar general.