Según la Justicia, los hechos habrían ocurrido entre 2013 y 2025, y las víctimas pertenecen al círculo familiar más íntimo del acusado. La investigación avanza para determinar si existen más víctimas que aún no se animaron a denunciar.
Un hombre de 36 años, identificado como M., fue detenido el 1 de marzo de 2025 en Bouwer, Córdoba, acusado de abusar sexualmente de tres adolescentes de su propia familia.
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Según la Justicia, los hechos habrían ocurrido entre 2013 y 2025, y las víctimas pertenecen al círculo familiar más íntimo del acusado. La investigación avanza para determinar si existen más víctimas que aún no se animaron a denunciar.
Según la querella, los abusos ocurrieron cuando las víctimas tenían entre 7 y 14 años, y se habrían prolongado durante más de una década. El primer caso que salió a la luz fue el de una adolescente de 14 años, quien relató haber sido sometida de manera sistemática durante meses. La joven demoró en denunciar por miedo a que el acusado atacara a otro menor de la familia.
Entre las imputaciones que enfrenta se incluyen abuso sexual continuado calificado por grave daño en la salud mental, promoción a la corrupción de menores agravada y abuso sexual gravemente ultrajante continuado por el vínculo y la guarda. Todas las imputaciones se acumulan en concurso real, configurando un cuadro judicial de extrema gravedad.
Durante la indagatoria, M. negó los hechos, pero el Juzgado de Control y Faltas N.º 3 confirmó su prisión preventiva al considerar la contundencia de los relatos y las pericias psicológicas realizadas a las víctimas.
La denuncia se activó cuando una de las adolescentes le contó lo ocurrido a la esposa del acusado. A partir de allí, se supo que otras dos jóvenes del mismo entorno familiar también habían sido abusadas desde los 7 años.
Según la querella, las pericias psicológicas son estremecedoras: una de las víctimas presenta daños irreversibles en su salud mental con riesgo de suicidio, mientras otra perdió la capacidad de hablar debido al trauma. Todas padecen depresión profunda y trastornos derivados del abuso prolongado.
Desde el entorno de las denunciantes aseguraron que se trata de un “depredador sexual” y que “es un violador serial”.
La adolescente que inició el proceso judicial insiste en que otras personas afectadas se animen a denunciar. “Ella pide justicia, pero también que otras personas que hayan sufrido se animen a hablar”, remarcaron allegados a la causa.