Quienes no pudieron cumplir con el ritual el día indicado aún tienen la posibilidad de hacerlo y mantener vivo su valor espiritual, siempre que se realice con fe e intención positiva.
Cada 1° de agosto, miles de personas cumplen con el ritual de la caña con ruda, una tradición ancestral que, según la creencia popular, atrae salud, suerte y protección para el nuevo mes. Sin embargo, no todos logran realizarlo en la fecha indicada, lo que genera la pregunta recurrente: ¿qué pasa si me olvidé de tomarla?
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El origen de esta costumbre se remonta a los pueblos guaraníes del noreste argentino, quienes utilizaban la ruda macerada en caña como remedio natural para enfrentar los fríos y enfermedades que traían las lluvias de agosto. Con el tiempo, se fusionó con la celebración del Día de la Pachamama, en la que se agradece a la Madre Tierra y se pide protección y abundancia.
La tradición marca que debe beberse en ayunas, el 1° de agosto, como una forma de limpiar el cuerpo y atraer buenas energías. Puede tomarse en tres tragos, siete sorbos o un vaso entero, según la costumbre familiar.
Para quienes no la tomaron en la fecha señalada, la buena noticia es que, según la creencia popular, el ritual conserva su valor espiritual si se realiza hasta el 15 de agosto. Lo fundamental es la intención y la fe con la que se lleva a cabo, más allá del día exacto.
Quienes quieran cumplirlo, aun con retraso, deben contar con caña con ruda ya macerada, beberla en ayunas y acompañar el gesto con un pensamiento positivo o la frase quechua kusiya, kusiya (“ayúdame, ayúdame”), invocando a la Pachamama.
Es importante recordar que la ruda es una planta de fuerte acción, por lo que no se recomienda su consumo a embarazadas ni a personas con problemas de hígado o riñón, y siempre en forma moderada.
La preparación tradicional se realiza con caña blanca paraguaya y hojas de ruda macho, que se dejan macerar durante varias semanas, preferentemente desde junio o julio. Este proceso intensifica el sabor y, según la creencia, potencia sus propiedades protectoras. Existe también una versión rápida que requiere al menos una semana de reposo, aunque con un sabor más suave.