Opinión y Actualidad

Las encuestas le sonríen a Milei, pero el mercado desconfía

Según la mayoría de los sondeos de opinión pública conocidos en estos días, La Libertad Avanza (LLA) sería la fuerza política más votada en las próximas elecciones legislativas de octubre.

20/07/2025

Por Fernando Laborda, en el diario La Nación

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Quienes reniegan de los pronósticos agoreros, que contagian a los operadores económicos en la Argentina, sacan a relucir algunos datos que darían cuenta de que el proyecto político de Javier Milei goza de buena salud. Uno de ellos es el hecho de que la suba del dólar contra el peso en las últimas semanas no se haya trasladado a los precios y que la inflación de junio no haya arrojado más del 1,6%. Otro dato es que, al mismo tiempo que casi siete de cada diez argentinos admiten que su capacidad de consumo no les permite sostener o mejorar su calidad de vida, el Presidente continúa recibiendo la aprobación de prácticamente la mitad de la población. Y el último dato es que, según la mayoría de los sondeos de opinión pública conocidos en estos días, La Libertad Avanza (LLA) sería la fuerza política más votada en las próximas elecciones legislativas de octubre.

Las proyecciones de los encuestadores indican que el partido gobernante tiene serias probabilidades de obtener un triunfo electoral y se encamina a superar el 40% de los votos,

Una encuesta, realizada por Synopsis en el ámbito nacional entre 1495 ciudadanos relevados de manera online del 8 al 14 de julio, le asigna para las elecciones nacionales de octubre una intención de voto del 40,3% a LLA; el 29,3% al kirchnerismo; el 10,3% al peronismo no kirchnerista, y el 5,2% a Pro.

Otro sondeo, llevado a cabo por Management & Fit, que incluyó 2200 casos presenciales, telefónicos y online en el orden nacional, relevados entre el 27 de junio y el 10 de julio, arrojó una intención de voto para LLA del 40,6%, contra el 28,4% del kirchnerismo; el 7,3% del peronismo no kirchnerista con referencia en Juan Schiaretti; el 6,1% de Pro; el 3% de la izquierda, y el 2,8% de la UCR. Y en un segundo escenario planteado por la misma empresa consultora, en la que se propuso una alianza entre LLA y Pro, esta coalición cosechó una adhesión del 42,9% de los votos, contra el 28,7% del kirchnerismo y el 7,9% del peronismo no kirchnerista.

Las probabilidades de que el oficialismo triunfe en los comicios legislativos de la provincia de Buenos Aires previstos para el 7 de septiembre son también elevadas. Otra medición realizada por Synopsis del 3 al 9 de julio entre 1490 bonaerenses le otorga a la alianza entre LLA y Pro el 39,1% y al peronismo kirchnerista el 36,3%.

Más auspicioso aún para Milei es un sondeo de la consultora Isasi-Burdman, efectuado entre el 6 y el 13 de julio entre 1500 bonaerenses consultados en forma online: la entente formada por LLA y Pro obtiene el 46% de los votos y el peronismo kirchnerista agrupado bajo el nombre Fuerza Patria llega al 34%. Mucho más lejos se ubican la UCR y sus aliados (4%) y el Frente de Izquierda (3%), en tanto que el 11% no sabe a qué fuerza votará. Un dato llamativo de esta encuesta es que la coalición de mileístas con Pro no solo se impone en la primera sección electoral (San Martín, Vicente López, San Isidro, entre sus 24 municipios) con el 48% de intención de voto contra el 32% de Fuerza Patria, sino que también aventaja al kirchnerismo por 42% a 40% en la tercera sección electoral, histórico bastión kirchnerista que incluye La Matanza y el sur del conurbano, y donde el peronismo no es derrotado desde 1997.

Que ese escenario se confirme dependerá fundamentalmente de la evolución de la economía. En los tres meses que restan hasta las elecciones legislativas de medio término pueden aparecer algunos fantasmas. Un salto brusco del dólar, como el insinuado en los últimos días; una eventual disparada de los precios; una quiebra del superávit fiscal que inquiete a los mercados o algún error político que pueda derivar en un nuevo escándalo podrían complicar el panorama electoral para el Gobierno. No se trata del escenario más probable, aunque no resulte imposible.

Algunos economistas alertan sobre el riesgo de que la reciente suba de tasas de interés para intentar frenar la presión sobre el dólar termine enfriando más la actividad económica en vísperas del llamado a las urnas. En tal sentido, Carlos Melconian advirtió que el equilibrio cambiario no se logrará simplemente poniendo una tasa extravagante que genera morosidad y recesión, sino cuando el tipo de cambio tenga un valor razonable al que el Gobierno compre todo lo que tiene que comprar y cuando el turismo local sea mayor que el turismo al exterior. “Si en tres meses el turismo al exterior y la dolarización de los ahorros se fuman unos 10.000 millones de dólares, equivalentes a lo que deja Vaca Muerta en un año, no hay equilibrio cambiario posible a los actuales valores”, expresó Melconian.

No le faltan igualmente al Gobierno voceros económicos que buscan inyectar optimismo tras el incremento que experimentó el riesgo país en los últimos días. Por caso, el asesor financiero Miguel Boggiano afirma: “Las acciones argentinas vienen cayendo fuerte en 2025. Sin embargo, hay algo que el mercado te está diciendo si es que lo sabés leer, y esto podría ser una gran señal de compra. El mercado de acciones suele estar afectado por inversores minoristas y este es el que más ha caído. Pero el dinero institucional grande no se fue. Lo sabemos porque los bonos argentinos, en especial los globales, siguen muy cerca de su valor máximo del año. Y cuando el dinero grande sigue confiando en el plan económico quiere decir que el juego no se terminó. ¿Será que las manos fuertes están esperando para entrar la llegada del momento en que el mercado empiece a comprender la ventaja electoral que tiene el Gobierno?”.

La hipótesis de que la previsibilidad política –y en particular la consolidación del oficialismo en términos electorales– ayudará a ordenar la economía y a dejar atrás la tensión financiera puede ser atendible. Se suele escuchar que, para los mercados, lo incierto es peor que lo malo.

Sin embargo, la inquietud de quienes toman decisiones va más allá de un resultado electoral que, en el mejor de los casos para el Gobierno, le permitirá aumentar sensiblemente su número de bancas legislativas, pero no lo habilitará a sancionar las grandes reformas estructurales pendientes (la laboral, la tributaria y la previsional) sin acuerdos con otros bloques parlamentarios. La pregunta por responder es con quiénes negociará el Gobierno después del 10 de diciembre si Milei continúa con su lógica de enfrentamientos contra todos, al tiempo que amenaza a los gobernadores provinciales con ir por sus territorios en 2027.