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Cuándo comienza la vejez biológicamente, según un estudio de Stanford

Una investigación de la Universidad de Stanford pone en jaque las concepciones tradicionales sobre la vejez y propone una nueva mirada basada en criterios estrictamente biológicos.

30/06/2025

El estudio, publicado el 25 de junio en la revista Nature Medicine, se basó en el análisis del plasma sanguíneo de más de 4.200 personas, de entre 18 y 95 años, y reveló que la producción de 1.379 proteínas varía significativamente a lo largo de la vida. A partir de estos datos, los investigadores lograron dividir la vida adulta en tres etapas bien diferenciadas.

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Según esta nueva clasificación, la edad adulta va de los 34 a los 60 años, la madurez tardía de los 60 a los 78, y la vejez comienza a partir de esa última edad. A diferencia de otras aproximaciones, el trabajo se aleja de consideraciones sociales o culturales y se enfoca exclusivamente en cambios biológicos detectables a nivel molecular.

Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que los primeros signos de deterioro físico comienzan a manifestarse a partir de los 34 años, lo que indicaría que el envejecimiento es un proceso gradual y temprano, aunque sus efectos se vuelvan más visibles recién décadas después.

“El comportamiento molecular del organismo permite trazar una cronología objetiva del envejecimiento humano”, señalaron los autores del estudio, quienes trabajaron con más de 3.000 proteínas por individuo. Esta metodología, aseguran, ofrece una herramienta concreta para entender y medir el paso del tiempo en el cuerpo humano.

Además, el estudio señala que factores como el estrés pueden acelerar el envejecimiento físico, aunque no modifican la estructura general de estas tres etapas biológicas.

Los resultados no solo aportan una redefinición de la vejez, sino que abren nuevas posibilidades en materia de diagnóstico y prevención. La identificación de biomarcadores moleculares permitiría detectar el envejecimiento precoz y diseñar estrategias de intervención más eficaces.

La publicación del informe generó repercusión en la comunidad científica y en distintos sectores sociales, al poner sobre la mesa debates sobre salud pública, jubilación y percepción social del envejecimiento. También invita a repensar la importancia del cuidado de la salud desde etapas más tempranas de la vida adulta.