El marcador central del Xeneize de 35 años, que supo ser capitán, se irá del club luego del Mundial de Clubes.
El ciclo de Marcos Rojo en Boca parece haber llegado a su punto final. El defensor, de 35 años, dejará de ser jugador del club en los próximos días, tras una serie de desacuerdos con el cuerpo técnico que comanda Miguel Ángel Russo y actitudes que colmaron la paciencia de la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme.
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Rojo, que arribó al Xeneize en 2021 con la promesa de ser referente y capitán, no es tenido en cuenta por el entrenador en su tercer ciclo al mando del equipo. El punto de quiebre fue este sábado, tras la derrota frente al Bayern Múnich, cuando el defensor se presentó a la práctica pero no se entrenó con el resto del plantel. Afirmó tener una molestia muscular y se dirigió directamente al gimnasio, algo que cayó muy mal en el cuerpo técnico, que valoró la actitud de otros jugadores lesionados como Cavani y Herrera, quienes sí trabajaron con normalidad.
Además, el día del partido ante los alemanes, Rojo fue suplente pero prácticamente no realizó el precompetitivo junto al resto de los jugadores del banco. Solo se movió unos minutos con la pelota y luego se sentó, sin motivos aparentes. Esto terminó de acelerar su salida, que podría concretarse apenas el plantel regrese a Buenos Aires, tras el cierre de la fase de grupos del Mundial de Clubes.
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Para el crucial duelo del martes ante Auckland City, donde Boca necesita golear y esperar una ayuda del Bayern para avanzar, Rojo no será opción. En cambio, el que podría sumar minutos es Marco Pellegrino, reciente refuerzo, ante la molestia física que arrastra Ayrton Costa.
Pese a que Rojo tiene contrato hasta diciembre, la dirigencia busca una salida prolija y sin conflicto. No se descarta una rescisión de mutuo acuerdo si no aparece una oferta, aunque ya se especula con el interés de un club del exterior, posiblemente Inter Miami, que ya había posado sus ojos en el exdefensor de la Selección Argentina.
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Desde su llegada al club, Marcos Rojo disputó 118 partidos y ganó cuatro títulos, pero las lesiones y algunos episodios de indisciplina marcaron un ciclo irregular. El cierre del semestre ya había sido tenso: faltó a una práctica antes del clásico ante Independiente por un cuadro febril, pero su presencia en el banco escondía otros desacuerdos internos.
El mejor momento de Rojo en Boca se dio a comienzos de este año, cuando bajo la conducción de Fernando Gago recuperó su forma física y sumó minutos con continuidad. Sin embargo, las últimas semanas fueron determinantes y, salvo un giro inesperado, el zurdo platense se despedirá del club sin volver a vestir la camiseta azul y oro.
