El Xeneize llega a la última fecha del Mundial de Clubes ante Auckland City sin depender de sí mismo para clasificarse a octavos de final.
Boca Juniors hizo dos buenos partidos en la fase de grupos del Mundial de Clubes, pero apenas sumó un punto, y quedó obligado a ganar y esperar una ayuda externa para clasificar a los octavos de final del torneo.
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El equipo de Miguel Ángel Russo enfrentará a Auckland City con el objetivo de golear, y luego aguardará que Bayern Múnich derrote a Benfica. Pero si todo queda igualado en puntos, diferencia de gol y goles a favor, la definición pasará a un criterio muy particular: el Fair Play.
El Xeneize debe:
El problema es que Benfica goleó 6-0 a Auckland City en la segunda fecha del Grupo C, y eso obliga a Boca a recortar siete goles de diferencia. Por ejemplo, si el Xeneize gana 6-0 y Benfica pierde 2-1, o si Boca gana 5-0 y los lusos pierden 2-0, ambos quedarían igualados en puntos, diferencia de gol y goles a favor. En ese caso, el desempate se definirá por criterios disciplinarios.
El reglamento de la FIFA estipula que:
A día de hoy, tras dos fechas, Boca suma 13 puntos de Fair Play en contra, mientras que Benfica tiene 9. La diferencia no es imposible de descontar, pero obliga a los de Russo a mantener la calma ante Auckland y esperar que los portugueses tengan un partido físico y cargado de tarjetas frente a Bayern.
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Boca (13 puntos en contra):
Benfica (9 puntos en contra):
En el cuerpo técnico xeneize se lamentan especialmente las amonestaciones y expulsiones desde el banco, como la de Ander Herrera, quien vio la roja por protestar al cuarto árbitro, o la amarilla a Marcos Rojo por reclamos. Cinco de los 13 puntos en contra llegaron por jugadores que ni siquiera estaban en cancha.
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Boca necesita una goleada, un favor del Bayern Múnich y una jornada sin amonestaciones. El criterio de Fair Play, tantas veces secundario, podría ser decisivo en un grupo donde el Xeneize aún sueña con la clasificación. En el cierre de la fase de grupos, hasta una tarjeta puede cambiar el destino.