Cincuenta y dos años después de la mítica 'El exorcista' de William Friedkin, David Midell no inventa nada en su película protagonizada por Al Pacino y Dan Stevens en la que el verdadero interés está en la pérdida de la fe, no en Dios, sino en el Demonio.
Por Fausto Fernández
Para Fotogramas
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William Friedkin abrió y cerró, pese a las múltiples imitaciones que se fueron sucediendo, no exentas de interés, el género de las posesiones demoníacas con 'El Exorcista'. 52 años después, 'The Ritual' no inventa nada: los momentos 'shocker' del exorcismo, maquillajes y trucajes siguen siendo los mismos, tratados, eso sí, con una sobriedad realista que huye de los efectismos. El verdadero punto de interés de la película reside en lo que, curiosamente, era el subtexto del film de Friedkin: la pérdida de la fe, no en Dios, sino en el Demonio.
Paralelamente al detallado proceso de los rituales con la víctima se insertan las conversaciones entre los dos sacerdotes protagonistas, el más joven, sumido en dudas y temeroso de no creer en el Mal (Dan Stevens especialmente contenido), y el veterano, consciente de que el Diablo vive entre los hombres, mientras Dios se hace de rogar (Al Pacino en modo Vittorio Gassman). Charlas, debates teológicos y deseos sexuales reprimidos, elementos que hacen de 'The Ritual' un inesperado y dreyeriano responso.
Para creyentes en las posibilidades del ¿agotado? género de las posesiones.