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La economía repunta y se encienden nuevas alertas: crecen las ventas, pero faltan pesos

El nivel de actividad volvió a niveles de 2017 con un crecimiento del 5%, impulsado por el consumo y la estabilidad. Sin embargo, los bancos advierten una fuerte escasez de liquidez, que podría frenar la recuperación.

01/06/2025

Tras un arranque de año marcado por la incertidumbre y la caída de marzo, la economía argentina comenzó a dar señales de recuperación. Abril mostró una mejora clara y los primeros datos de mayo confirman la tendencia positiva, con indicadores de consumo, actividad e inversión en ascenso.

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La venta de autos cero kilómetro superó las 55.000 unidades en mayo, y las proyecciones para 2025 podrían alcanzar las 700.000, según la consultora Abeceb. Aunque todavía lejos de los récords de 2017, el sector muestra dinamismo gracias a menos impuestos, mayor financiación y estabilidad cambiaria.

Lo mismo sucede en el mercado inmobiliario. En la Ciudad de Buenos Aires, las operaciones de compraventa aumentaron un 50% interanual en abril, y más del 20% se concretaron con créditos hipotecarios. También se detecta un repunte en la venta de electrodomésticos y en la construcción privada.

El consumo en supermercados y con tarjetas muestra una recuperación moderada, aunque constante. Incluso sectores rezagados, como la construcción, comienzan a activarse.

Sin embargo, el avance económico convive con una nueva tensión: la escasez de pesos. Los bancos alertan que la demanda de crédito supera ampliamente su capacidad de prestar, lo que ya impacta en las tasas y podría frenar el crecimiento si no se revierte.

Banco Galicia informó un aumento de préstamos del 131% interanual, pero los depósitos solo crecieron 83%. Banco Macro, por su parte, otorgó 97% más en créditos, con depósitos creciendo apenas 23%. El desbalance refleja un fenómeno claro: sobran pedidos de crédito, pero faltan fondos líquidos para cubrirlos.

"Tenemos más demanda de préstamos que capacidad para otorgarlos", es la frase que se repite en las entidades financieras. Este cuello de botella amenaza especialmente al crédito hipotecario, que podría discontinuarse si no se recupera la liquidez.

En este contexto, los bancos salieron a captar dólares pagando tasas de interés en moneda extranjera, algo inusual desde la época de la Convertibilidad. El objetivo: atraer depósitos sin expandir la base monetaria, en línea con el plan de estabilización del Gobierno.

El Banco Central, por su parte, evita comprar dólares para no emitir pesos, lo que profundiza la escasez de circulante, pero ayuda a mantener estable el tipo de cambio y contener la inflación.

A pesar de que el cepo cambiario fue levantado, casi un millón de personas compró USD 2.000 millones en abril para ahorro, según datos del propio BCRA. Esa demanda fue uno de los motivos por los que el dólar oficial no bajó como esperaba el equipo económico.

El Gobierno apuesta a consolidar la recuperación con apoyo del FMI y nuevo financiamiento externo. En junio deberían ingresar otros USD 2.000 millones del Fondo, y se negocia un repo con bancos internacionales por un monto similar. Las reservas podrían cerrar el mes por encima de los USD 40.000 millones, aunque en julio habrá que afrontar pagos por USD 4.500 millones.

El flamante bono en pesos colocado entre inversores internacionales es una señal positiva. Tras siete años, la Argentina vuelve a tener acceso al crédito externo, al menos de forma parcial.

Para consolidar el proceso, el Gobierno necesita respaldo político. Por eso, Javier Milei se involucró directamente en los acuerdos con figuras del PRO, especialmente en la provincia de Buenos Aires. El objetivo es mostrar fortaleza electoral ante los mercados, y lograr que el acceso al crédito internacional se convierta en algo estable y previsible.

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