En una fecha patria tan significativa como el 25 de Mayo, un patio santiagueño se transforma en escenario de encuentro, identidad y tradición. Música, empanadas, locro y danzas típicas se funden en una celebración popular que reúne a familias, amigos, turistas y amantes del folclore.
En Santiago del Estero, las fechas patrias no solo se recuerdan: se viven con el alma. Cada 25 de Mayo, mientras en muchos puntos del país se iza la bandera y se escucha el Himno, en este rincón del norte argentino la cultura se expresa a través del baile, los sabores y la música popular.
A kilómetros de la Capital, donde antes solo había monte virgen, desde el año 2011 se encuentra un patio tradicional donde vibra el folclore y la comidas tradicionales como todos los domingos. .
“Este lugar nació del monte, literalmente. Lo desmontamos y construimos las cocinas, el escenario y los espacios para compartir. Todo con nuestras manos y con la idea de mostrar nuestra cultura”, cuenta Héctor Reinoso, uno de los referentes del patio.
En una tarde especial, Viviana Gerez nos recibió con mucho cariño, abriéndonos las puertas de este espacio que ya es patrimonio afectivo de quienes lo visitan. Junto a su esposo, Héctor Reinoso, compartimos no solo palabras, sino aromas, recuerdos y orgullo.
La propuesta es simple pero poderosa: comida típica, peña, baile y comunidad. Cada domingo se encienden los fuegos para cocinar asado, locro, empanadas, charqui y tamales, mientras los artesanos arman sus puestos y las bandas locales preparan sus instrumentos. En fechas especiales, como el 25 de Mayo, el espíritu se multiplica, Héctor nos comenta que se cocinan hasta tres ollas grandes de locro, se preparan cientos de empanadas, y el escenario recibe a artistas que hacen vibrar el lugar con chamame, zambas y gato santiagueño.
Héctor, acompañado de su familia, cocina el locro cada domingo festivo y explica que significa un día patrio como hoy: “La tradición, la identidad de la provincia y del país”, dice, “cada provincia argentina tiene su modo de hacer el locro, pero particularmente en santiago puede llevar en sus ingredientes maíz, carne de cerdo, poroto, carne de vaca, verduras como la batata y la calabaza”.
Entre quienes hacen posible esa magia culinaria está Mabel Padilla, una de las mujeres que colaboran religiosamente todos los fines de semana. Junto a sus compañeras Neli y Paula, se dedica a preparar más de 2.000 empanadas, una por una, con carne picada a cuchillo y ese toque casero que solo da la experiencia. “Para mí, una fecha patria como hoy es estar con mis compañeras, compartir con ellas. Nos sentimos muy gratificadas por tantos años trabajando juntas”, nos dice con emoción, mientras repulga con maestría otra tanda lista para el horno.
El patio no solo es un espacio gastronómico o cultural: es un punto de encuentro. Allí se abrazan generaciones, se conocen historias y se celebra lo que define al santiagueño: el calor humano, el respeto por las tradiciones y la alegría de compartir.
Además de funcionar todos los domingos, el lugar también es sede de festivales. El próximo será el Festival de la Empanada, el 27 de julio, en el marco del mes aniversario de la ciudad de Santiago del Estero. Un evento que ya promete locro, música en vivo, y el aroma irresistible de cientos de empanadas recién salidas del horno.
En Santiago del Estero, la cultura siempre se hizo presente a través de las tradiciones. Cada domingo como este, y especialmente en fechas patrias, se renueva el orgullo de vivenciar aquello que se originó en nuestras provincias, como el baile, las comidas típicas y la música regional y que las generaciones replican con amor y pasión.
