El segundo Grand Slam del año arranca el domingo 25 de mayo en París.
Este jueves se llevó a cabo el sorteo del cuadro principal de Roland Garros y ya hay seis argentinos clasificados que buscarán dejar bien alto el tenis nacional en el segundo Grand Slam del año, que arranca el domingo 25 de mayo en París. Además, otros nombres importantes podrían sumarse desde la qualy.
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Entre los clasificados directos, el cruce más difícil lo tendrá Tomás Etcheverry, quien debutará ante el griego Stefanos Tsitsipas, número 20 del mundo. Ya se enfrentaron en 2024 en Montecarlo, con victoria para el europeo. Aunque el platense está en semis del ATP de Hamburgo, su temporada ha sido irregular y con varias caídas en el ranking.
Quien llega en gran forma es Francisco Cerúndolo, el mejor argentino del ranking (18°), que se medirá con el canadiense Gabriel Diallo (53°). Cisco es el jugador con más victorias sobre polvo de ladrillo en lo que va del año (19), alcanzó las semifinales en Madrid y viene en ascenso.
Mariano Navone enfrentará al estadounidense Brandon Nakashima, mientras que Francisco Comesaña, que dio el batacazo en febrero al vencer a Zverev en Río, jugará ante Pablo Carreño Busta, ex top ten. Camilo Ugo Carabelli se medirá con el español Jaume Munar, y Sebastián Báez tendrá un interesante cruce con el serbio Miomir Kecmanovic.
A los seis ya clasificados, podrían sumarse Thiago Tirante, Juan Manuel Cerúndolo y Federico Gómez, quienes jugarán este viernes por la tercera y última ronda de la clasificación. Los rivales serán Ethan Quinn, Daniel Galán y Giulio Zeppieri, respectivamente.
En el cuadro principal femenino aún no hay representantes argentinas, pero hay esperanzas: Solana Sierra, Julia Riera y María Lourdes Carlé están en la tercera ronda de la qualy. Sierra, ubicada 112 en el ranking WTA, es la mejor del país y sueña con su primera aparición en el main draw de un Grand Slam.
Con un Cerúndolo en su mejor momento, Etcheverry ante un desafío mayúsculo y varios jóvenes con hambre de gloria, el polvo de ladrillo de París podría volver a teñirse de celeste y blanco.
