Aunque hoy parezca un simple ritual doméstico, esta conducta de los perros tiene raíces en su instinto de supervivencia y conecta directamente con sus ancestros salvajes.
Aunque pueda parecer un simple capricho o un movimiento gracioso, el acto de girar sobre sí mismos que realizan muchos perros antes de acostarse tiene una explicación instintiva que se remonta a miles de años atrás.
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Según expertos en comportamiento animal, esta rutina es un vestigio heredado de sus ancestros salvajes. Los lobos y perros salvajes solían girar sobre el lugar donde dormirían para aplanar el césped, hojas o nieve, creando así un espacio más cómodo y seguro. Además, este ritual ayudaba a espantar insectos o detectar posibles amenazas escondidas.
Hoy, incluso en hogares modernos, los perros conservan este hábito como parte de su memoria genética. Más allá de la comodidad, para ellos también representa una forma de marcar su territorio: al girar, liberan feromonas a través de las almohadillas de sus patas, dejando su “firma” en el lugar de descanso.
Especialistas en veterinaria aclaran que este comportamiento es completamente normal. Sin embargo, si un perro da vueltas de manera excesiva o parece incómodo al acostarse, podría ser una señal de dolor o problemas articulares, y conviene hacer una consulta profesional.
Así, una acción que para los humanos parece simplemente simpática, en realidad esconde una conexión profunda con el pasado salvaje de nuestras mascotas, recordándonos que, aunque hoy compartan el sofá, siguen llevando en su ADN la sabiduría de la supervivencia.