Continúa el debate oral en San Isidro. Los fiscales, las querellas y las defensas le harán diversas preguntas a la hija del “Diez”. También indagarán a Víctor Stinfale, el abogado que tenía un estrecho vínculo de amistad con el ídolo argentino.
En medio de una gran expectativa, este martes 15 de abril, en la audiencia número 11, declarará finalmente Dalma Maradona en el juicio por la muerte de su padre. Más temprano será el testimonio de Víctor Stinfale, el abogado que tenía un estrecho vínculo de amistad con el ídolo.
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Será una audiencia clave después de que ya hayan prestado testimonio Jana Maradona, Verónica Ojeda y Rita, Ana y Claudia Maradona, las hermanas de Diego.
Además de los familiares, durante el debate declararon varios peritos que participaron de la autopsia, los policías que llegaron a la casa del country San Andrés, médicos que atendieron al exjugador a lo largo de toda su vida, una agente inmobiliaria con la que solía trabajar Diego y el vecino que intentó reanimarlo el día que lo encontraron muerto.
Se espera que Dalma hable de la internación en la clínica Olivos, donde Maradona fue operado repentinamente de un hematoma subdural y donde también se resolvió que para su externación se debía montar una internación domiciliaria.
Además, será consultada por los fiscales Patricio Ferrari y Cosme Iribarren sobre los últimos días de Diego y por la relación que mantenía con los acusados por el cuidado de su padre. Del mismo modo, responderá preguntas de las querellas y las defensas.
Dalma está citada para declarar por la tarde y se espera que hable varias horas.
Dalma y Diego Maradona
Durante la instrucción de la causa, fue entrevistada por los fiscales y aseguró que hacía tiempo que veía mal de salud a su papá. “Mi papá no estaba bien, veía el deterioro en su salud, lo veía muy anestesiado, muy medicado aproximadamente seis meses para atrás”, dijo al inicio de su declaración.
“A nosotros nos dijeron que mi papá iba a tener una internación domiciliaria seria. Creía que era obvio que mi papá no iba a poder hacer lo que quería porque iban a estar los enfermeros, médicos, etc. Como así también iban a estar Leopoldo Luque, la psiquiatra y el psicólogo. En un principio había enfermeros que cambiaban cada 8 horas y después empezaron a cambiar cada 12 horas. También sé que hubo problemas con los acompañantes terapéuticos, al principio iban todo el tiempo, pero después les parecía muy invasivo que estén junto con los enfermeros entonces dejaron de ir, esto se habló en un chat que teníamos en el que estábamos todos menos la prepaga, donde íbamos hablando todos los días acerca de cómo se sentía y qué necesitaba”, explicó.
También dijo que cuando Diego fue trasladado a la casa de San Andrés tras la operación, ya no pudo ir a verlo, porque su entorno no se lo permitía.
“Nunca pude ver a mi papá en el Barrio San Andrés porque no me dejaron entrar. La gente que trabajaba para él me decía que no me iban a dejar entrar al barrio. La ultima vez que lo vi fue en la clínica Olivos”, indicó.
Finalmente, habló del rol de Luque: “Era su médico de cabecera aproximadamente hacía dos o tres años. Supuestamente se encargaba de todo pero muchas veces lo escuché decir que mi papá era un paciente difícil. Cuando nosotros nos enteramos de que no era un medico clínico, buscamos ayuda de algún médico clínico. Él decía que durante este tiempo le había querido conseguir uno, pero nunca pudo conseguirlo”.
En el debate están imputados Leopoldo Luque, neurocirujano y médico personal de Diego; la psiquiatra Agustina Cosachov; el psicólogo especialista en adicciones Carlos Díaz; el enfermero Ricardo Almirón; el jefe de enfermeros Mariano Perroni; la coordinadora de la prepaga Nancy Forlini y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna.